#1: totalmente de a cuerdo con que los almanaques son auténticas piezas de coleccionista. Me he asomado un poco a la temática en bibliotecas y por Internet y la cosa da para un puñado de novelas mejor paridas que "El código da vinci".
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#3. La leche, no lo sabía. El mintireiro lleva desde el siglo XIX y es, después del Calendario Zaragozano y el Calendari dels Pagesos, uno de los más antiguos de la Península aún en activo. Qué pena.