Es lo que pasa cada vez que un partido se apalanca en el poder. Tendría que haber muchos más mecanismos para evitar este tipo de cosas, incluyendo leyes para apartar a los corruptos de la función pública.
Ha quedado claro que el poder es muy goloso y no podemos dejar todo en manos de la buena voluntad de quienes lo ostentan.
Posiblemente me arrepienta de esto, pero qué ganas de que gobierne Bildu, ojalá hagan limpieza en Osakidetza, EiTB y demás chiringuitos.