#43 No, no es que a nadie le importen lo suficiente, es que todos somos sufridores de esos problemas que mencionas, lo que ocurre es que hay personas que, por la razón que sean, son incapaces de gestionarlos, les superan y les afectan de tal manera que caen en una situación en la que ven el suicidio como única solución para librarse de ese sufrimiento. No coincido con lo último que dices: estoy convencido de que visibilizar el problema y hablar de ello es parte del camino para reducir este problema.
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#26 Sí, las señales están ahí. Pero a nadie le importan lo suficiente. Siempre es a posteriori cuando todo el mundo se rasga las vestiduras, pero antes nadie hace nada. Incluso cuando se consigue frustrar el suicidio (y no me refiero a un intento de suicidio que en realidad es un grito de auxilio, sino que te encuentren in extremis), casi nadie hace nada y los pocos que hacen algo confunden las cosas y piensan que la solución es atosigar durante unos días. Luego a otra cosa. Unos datos importantes que se obvian son que quien está decidido a hacerlo: 1. No llama al 024 y 2. Si se lo frustran, volverá a hacerlo con altísima probabilidad. Es un problema que está directamente relacionado con el tipo de sociedad que tenemos y las relaciones interpersonales que establecemos. Una vez llegados a ese punto, si no cuentas con apoyos reales, voluntad y recursos económicos para costear un tratamiento a razón de 60€ mínimo por sesión, te puedes dar por jodido y tener la certeza de que tarde o temprano, dependiendo de lo hundido en la mierda que estés, acabarás consiguiendo la determinación y el objetivo. Esto no se soluciona con cartelitos, días mundiales del suicidio ni teléfonos de la esperanza. Son dramas personales individuales.