#16 Triste, pero cierto. Cuando era niña, solía caerme jugando y llevaba las rodillas hechas polvo. Recuerdo ir a la caseta del bedel del colegio para que me curara, hasta que un día habló con mi madre y conmigo para que no fuera más allí.
Al parecer había un grupito de padres al que le resultaba sospechoso que sus hijos entraran allí "por lo que podía pasar".
Pobre hombre, la verdad.
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#21 Es preferible 100 culpables en la calle que un inocente preso. Por eso se intenta que lso procesoso judiciales sean lo más garantistas posibles, para evitar que tú vayas al talego porque me invente una prueba o me caigas mal siendo yo policía o juez.
Recordemos el caso de Rocío Vaninkoff, donde una señora se comió carcel sin pruebas reales sólo para acallar a la prensa y a la masa enfurecida reclamando venganza, no justicia.