Después de provocar el caos, la confusión, el desorden, para que todo fuera a peor. Ahora resulta que esos provocadores, dan la culpa a los otros. Lo que quiere decir, lo subdesarrollados que son. Es decir, no tienen vergüenza, son indiferentes al daño que hacen. Pasan de todo, como si estuvieran fumando porros todo el día.
Y además, reclamando la justicia para atacar. Pero no consienten que usen esa misma justicia, para que los ataquen. Por eso, se han rodeado de jueces vasallos, con el estómago lleno, y los bolsillos repletos.
Por lo que, la esencia del juez y la justicia, no aparece por ningún sitio. Por lo que no son de fiar. Pues la justicia, la ley, no puede ser la verdadera.
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Después de provocar el caos, la confusión, el desorden, para que todo fuera a peor. Ahora resulta que esos provocadores, dan la culpa a los otros. Lo que quiere decir, lo subdesarrollados que son. Es decir, no tienen vergüenza, son indiferentes al daño que hacen. Pasan de todo, como si estuvieran fumando porros todo el día.
Y además, reclamando la justicia para atacar. Pero no consienten que usen esa misma justicia, para que los ataquen. Por eso, se han rodeado de jueces vasallos, con el estómago lleno, y los bolsillos repletos.
Por lo que, la esencia del juez y la justicia, no aparece por ningún sitio. Por lo que no son de fiar. Pues la justicia, la ley, no puede ser la verdadera.