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El intelectual que va a controlar todos los hilos del complejo panorama cultural de la comunidad de la Comunidad de Madrid, es nada más ni nada menos que un personal-shopper (que compra los vestiditos de la señora; esto en el mariconeo se llama “recogebragas”) de la mujer de Rajoy (otro “recogebragas”, pero de otro tipo, porque Merkel, de puro machista calza abanderados regalados por Mariano), extertuliano en el programa de Ana Rosa Quintana y asesor de grandes iconos de la moda como Soraya Sáenz de Santamaría.
Un año más, las Marchas de la Dignidad volvieron a ser un ejemplo de protesta pacífica, democrática, plural, ciudadana y, por supuesto, digna. Lo irónico, una vez más, es que los únicos que sembraron las calles de Madrid de terror, represión y violencia fueron los perros rabiosos de ese régimen moribundo; más concretamente la policía (y sus infiltrados) de Cifuentes.
La recién anunciada candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid y hasta ahora implacable Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, llega con innovadoras estrategias políticas que la acerquen al ciudadano de un modo incuestionable: a punta de pistola. Atrás quedan las anticuadas formas democráticas de hacer campaña. Los nuevos tiempos requieren estrategias más directas que acerquen al votante a las comisarías, ehmmm, queremos decir a la candidata y no le distraigan con mamandurrias como sus derechos fundamentales.
El PP (con la inestimable ayuda del PSOE) está llegando al clímax de la decadencia democrática. Ya ha destruido el estado de bienestar que tantas décadas costó construir, y ahora se conforma con repartir entre sus amigotes el saqueo de esas arcas públicas amparadas hasta ahora por esa frágil democracia. Las consecuencias de este saqueo ya las estamos pagando: a precio de vidas humanas. Suicidios, asesinatos disfrazados de inacción a la puerta de hospitales, prácticas de diana humana en las fronteras...
El patético ejemplo que ha dado hace una semana el actor Fernando Tejero (Aquí no hay quien viva, La que se avecina) ha sido despreciable. Hemos tenido que leer sus agrias protestas por el terrible modo en que, según él, le han sacado del armario “a patadas”.
Es triste que a pesar del saqueo a nuestros derechos y chulerío oligarquico general, la participación en estas venideras elecciones se prevea entre el 40% y el 43%, inferior incluso al 46% de 2009. La abstención y la anti-política (con sus discursos demonizadores de “casta política”, “partitocracia” y demás sandeces ciudadanistas o tercerposicionistas) están haciendo su trabajo para perpetuar el monopolio de la oligarquía.
El comité de empresa de Aserpinto de la localidad madrileña de Pinto denuncia un boicot del PP para justificar su privatización. la alcaldesa del Partido Popular Miriam Rabaneda ya ha presentado una lista de nombres a despedir que, casualmente, coincide con todos los trabajadores progresistas que hayan tomado parte de cualquier huelga o movilización en estos últimos dos años. Son gente que lleva más de diez años en la empresa y se les despide, mientras que a los suyos, a los que el PP ha metido en los últimos dos años, se les mantiene.
Hace 74 años, en una madrugada como la pasada, 13 jóvenes, la mayoría menores de edad (entonces la mayoría de edad estaba en 23 años), junto a 43 hombres, fueron salvajemente fusiladas en las tapias del Cementerio del Este (ahora de la Almudena) por el mero hecho de haber pertenecido o relacionarse de algún modo, por lejano que fuese, con las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Las 13 Rosas.
El asunto de la mercantilización del Orgullo Gay, la explotación de una reivindicación, una lucha, por parte de un grupito de empresarios o gaympresarios —agrupados en AEGAL— que aprovechan la legitimidad de la lucha para sacar jugosos beneficios degradándola, cada año llega a nuevas cimas de corrupción.
El intelectual que va a controlar todos los hilos del complejo panorama cultural de la comunidad de la Comunidad de Madrid, es nada más ni nada menos que un personal-shopper (que compra los vestiditos de la señora; esto en el mariconeo se llama “recogebragas”) de la mujer de Rajoy (otro “recogebragas”, pero de otro tipo, porque Merkel, de puro machista calza abanderados regalados por Mariano), extertuliano en el programa de Ana Rosa Quintana y asesor de grandes iconos de la moda como Soraya Sáenz de Santamaría.
Un año más, las Marchas de la Dignidad volvieron a ser un ejemplo de protesta pacífica, democrática, plural, ciudadana y, por supuesto, digna. Lo irónico, una vez más, es que los únicos que sembraron las calles de Madrid de terror, represión y violencia fueron los perros rabiosos de ese régimen moribundo; más concretamente la policía (y sus infiltrados) de Cifuentes.
La recién anunciada candidata a la presidencia de la Comunidad de Madrid y hasta ahora implacable Delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, llega con innovadoras estrategias políticas que la acerquen al ciudadano de un modo incuestionable: a punta de pistola. Atrás quedan las anticuadas formas democráticas de hacer campaña. Los nuevos tiempos requieren estrategias más directas que acerquen al votante a las comisarías, ehmmm, queremos decir a la candidata y no le distraigan con mamandurrias como sus derechos fundamentales.
El PP (con la inestimable ayuda del PSOE) está llegando al clímax de la decadencia democrática. Ya ha destruido el estado de bienestar que tantas décadas costó construir, y ahora se conforma con repartir entre sus amigotes el saqueo de esas arcas públicas amparadas hasta ahora por esa frágil democracia. Las consecuencias de este saqueo ya las estamos pagando: a precio de vidas humanas. Suicidios, asesinatos disfrazados de inacción a la puerta de hospitales, prácticas de diana humana en las fronteras...
El patético ejemplo que ha dado hace una semana el actor Fernando Tejero (Aquí no hay quien viva, La que se avecina) ha sido despreciable. Hemos tenido que leer sus agrias protestas por el terrible modo en que, según él, le han sacado del armario “a patadas”.
Es triste que a pesar del saqueo a nuestros derechos y chulerío oligarquico general, la participación en estas venideras elecciones se prevea entre el 40% y el 43%, inferior incluso al 46% de 2009. La abstención y la anti-política (con sus discursos demonizadores de “casta política”, “partitocracia” y demás sandeces ciudadanistas o tercerposicionistas) están haciendo su trabajo para perpetuar el monopolio de la oligarquía.
El comité de empresa de Aserpinto de la localidad madrileña de Pinto denuncia un boicot del PP para justificar su privatización. la alcaldesa del Partido Popular Miriam Rabaneda ya ha presentado una lista de nombres a despedir que, casualmente, coincide con todos los trabajadores progresistas que hayan tomado parte de cualquier huelga o movilización en estos últimos dos años. Son gente que lleva más de diez años en la empresa y se les despide, mientras que a los suyos, a los que el PP ha metido en los últimos dos años, se les mantiene.
Hace 74 años, en una madrugada como la pasada, 13 jóvenes, la mayoría menores de edad (entonces la mayoría de edad estaba en 23 años), junto a 43 hombres, fueron salvajemente fusiladas en las tapias del Cementerio del Este (ahora de la Almudena) por el mero hecho de haber pertenecido o relacionarse de algún modo, por lejano que fuese, con las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU). Las 13 Rosas.
El asunto de la mercantilización del Orgullo Gay, la explotación de una reivindicación, una lucha, por parte de un grupito de empresarios o gaympresarios —agrupados en AEGAL— que aprovechan la legitimidad de la lucha para sacar jugosos beneficios degradándola, cada año llega a nuevas cimas de corrupción.