Las marquesinas del entorno de la estación Delicias de Zaragoza suelen utilizarse para dar visibilidad a distintas campañas destinadas a atraer a los turistas o a vender los atractivos de la capital aragonesa. No obstante, en estos días se ha utilizado «un reclamo» que no ha pasado desapercibido y que ha supuesto la presentación de una queja dirigida directamente a la alcaldesa, Natalia Chueca, por carta. ¿El motivo? Se utilizan las dos bombas que se exponen dentro del Pilar como reclamo, a pesar de las polémicas que han suscitado estos artefactos bélicos en los últimos años. «La basílica del Pilar fue bombardeada en 1936, pero dos de las cuatro bombas que cayeron nunca llegaron a explotar. Hoy ambas se conservan en el interior del templo», dice un texto que se puede leer en una de las marquesinas que rodean la estación. Este texto, además de aludir a los obuses como reclamo, es inexacto, ya que se ha demostrado que uno de los dos artefactos que se exhiben es una recreación posterior, no es original, y se colocaron allí con el ánimo de reagrupar a los zaragozanos en torno al régimen franquista, recordando para siempre un ataque contra este templo mariano que se produjo pocos días después de haber comenzado la guerra civil, el 3 de agosto de 1936. Y es que según consta en los informes de la época, el propio restaurador del templo informó que los tres proyectiles recuperados eran de distinto tamaño. Dos cayeron al templo, otro en la plaza del Pilar y un cuarto, que no se encontró, al río o a sus inmediaciones. Las bombas no explotaron. Las evidencias existentes demuestran que habían sido desactivadas para evitar daños, a pesar de lo cual el ataque fue utilizado desde un primer momento por el bando sublevado como un elemento propagandístico de la causa nacionalcatólica. Desde ese mismo día se pidió venganza: «Juremos exterminar a todo el que sea enemigo de nuestro Dios, nuestra Virgen, de nuestra España. Juremos una Santa Intransigencia [...]. Juremos guerra […]. No es hora de contemplaciones», rezaba la prensa de la época. Por este mismo motivo, varios han sido los intentos –todos infructuosos– de sacar los obuses del templo. Su mantenimiento dentro del Pilar incluso ha obligado al Cabildo –gestor de la basílica– a registrarse como coleccionista de armas. Ahora, las dos bombas, una de ellas falsa, se usan como reclamo turístico a la espera que el ayuntamiento y Avanza respondan a la queja
#12 Yo creo que el niño Jesús sí que odiaba un poco (solo un poco, porque era un niño buenísimo) a aquellas personas que utilizando su nombre se dedican a decir a los demás lo que pueden amar y a quien pueden amar.
#15- Sr. Juez, comparto la WiFi con quienes pasen cerca de casa.
- Caballero, usted vive en un noveno... y la publicidad de Redbull son dibujos animados
Seleccionas funcionarios sin oposición (¿a dedo, con entrevistas realizadas por un funcionario que no tiene ni idea?).
Ya tienes 20 tipos que son la rehostia en verso y los pones como funcionarios a hacer la web de la administración de turno.
Pasan 10 años, las tecnologías cambian, los 20 tipos no se han puesto al día... ¿los despides? (complicado siendo funcionarios, y una cabronada el dejarlos en la calle 10 años más viejos) ¿los dejas "aparcados" y buscas a otros 20 tipos que ahora sean la releche?
No se, en la práctica no me parece sencillo, la verdad.
#2 La empresa privada siempre funciona mejor que lo público.
Y 20 trabajadores son suficientes, porque la oferta se adapta a la demanda.
¡Ya le gustaría al adjudicatario de la contrata que el pliego de condiciones solicitara el triple de personal, porque el sobre hubiera sido el triple de gordo..!
#1 Creo que se refiere a: Si ponemos una rentabilidad del 8% en letras gordas, entonces los clientes se tiran de cabeza a comprar nuestro producto porque, por lo general, ninguno se preocupa de mirar la letra pequeña que pone que van a pagar una comisión del 7,99%.
#7 Mi sensación personal es que aquellos que leen (no importa si poco o mucho) caen (caemos) en la tentación de acumular muchos títulos a la espera de ser leídos.
En definitiva, hay mucho de acumular más que de leer.