#3 Lo lamento pero no puedo estar de acuerdo. La desobediencia civil, al fundamentarse en la denuncia de una norma manifiestamente injusta, «es algo implícito en un régimen democrático» En este sentido, John Rawls en su Teoría de la Justicia señala lo siguiente:
«El último tribunal de apelación no es un tribunal, ni el ejecutivo, ni la asamblea legislativa, sino el electorado en su totalidad. Los que incurren en desobediencia civil apelan a este cuerpo. No hay peligro de anarquía en tanto haya suficientes acuerdos activos entre las concepciones de justicia de los ciudadanos y se respeten las condiciones necesarias para recurrir a la desobediencia civil. El que los hombres puedan llegar a tal acuerdo y respetar estos límites cuando se mantienen las libertades políticas fundamentales, es algo implícito en un régimen democrático. No hay medio de evitar por completo el peligro de una lucha divisoria, como tampoco podemos desechar al posibilidad de una profunda controversia científica. Empero, si la desobediencia civil justificada parece amenazar la concordia cívica, la responsabilidad no recae en los que protestan, sino en aquellos cuyo abuso de poder y de autoridad justifica tal oposición, porque emplear el aparato coercitivo del Estado para mantener instituciones manifiestamente injustas es una forma de fuerza ilegítima a la que los hombres tienen derecho a resistir.»
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No necesariamente parte de que el gobierno sea tiránico. Por ejemplo, el caso de la sumisión que tuvimos en nuestro país y que logró cambiar la obligatoriedad del servicio militar. Se parte de que una norma es injusta, sea o no tiránico el gobierno. Y sobre la defensa mediante la constitución, precisamente apelar al electorado en su totalidad supone someterse a la misma. En definitiva, la defensa contra una norma injusta se instituye fundamentándose sobre los derechos fundamentales, que son la parte dogmática de la constitución.