Se joda el fascista ególatra
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El último buque insignia de Google , el Pixel 9 Pro XL , ha suscitado nuevas preocupaciones sobre la privacidad del usuario. Si bien trae nuevas herramientas de inteligencia artificial y especificaciones impresionantes, las investigaciones han descubierto problemas preocupantes relacionados con el intercambio de datos y el acceso remoto. Según una investigación reciente de los investigadores de Cybernews , el Google Pixel 9 Pro XL "transmite con frecuencia datos privados del usuario al gigante tecnológico antes de que se instale cualquier aplicación". Los hallazgos sugieren que los usuarios pueden no tener control total sobre su propio dispositivo, lo que plantea preguntas sobre la privacidad y la propiedad.
Intercambio constante de datos
Los investigadores de Cybernews descubrieron que el Pixel 9 Pro XL envía datos privados a Google cada 15 minutos. Esto sucede incluso antes de que se instalen aplicaciones en el dispositivo. Los datos incluyen la ubicación del usuario, la dirección de correo electrónico, el número de teléfono y otros datos telemétricos. Lo que es más preocupante es que esto sucede incluso si el GPS está apagado. En este caso, el teléfono utiliza redes Wi-Fi cercanas para estimar la ubicación.
El teléfono envía estos datos a varios puntos finales, incluidos los que se utilizan para la gestión del dispositivo, la aplicación de políticas e incluso el procesamiento de datos biométricos. Por ejemplo, la función Face Grouping de Google Photos es contactada sin el consentimiento del usuario, incluso si no se toman fotos con el teléfono. Esto genera inquietudes sobre el grado de control que tienen los usuarios sobre los datos que comparte su dispositivo.
Capacidades de control remoto
Lo que es aún más alarmante es que el Pixel 9 Pro XL parece tener algunas herramientas de gestión remota de las que los usuarios no están al tanto. El teléfono se conecta a los servidores de Google para solicitar actualizaciones para "experimentos y configuraciones". También intenta descargar y ejecutar código nuevo, incluso cuando el usuario no se lo solicita.
Esto es muy preocupante porque sugiere que Google puede realizar cambios en el teléfono sin que el usuario lo sepa. El teléfono se conecta al entorno de pruebas de la empresa, que suele ser menos seguro. Esto abre la puerta a posibles riesgos, como la inyección de datos o la ejecución remota de código en el teléfono. Aunque no se observaron acciones dañinas durante el estudio, existe la infraestructura para dicho control.
Problemas con aplicaciones y herramientas
Otro problema encontrado estaba relacionado con la aplicación de calculadora del Pixel 9 Pro XL. Los investigadores notaron que incluso cuando el teléfono está bloqueado, se puede acceder a la aplicación de calculadora a través de los widgets de la bandeja de notificaciones. Cuando se abre, la aplicación revela el historial completo de cálculos, incluso a los usuarios que no desbloquean el teléfono. Si bien no se trata de los datos más confidenciales, sigue siendo una violación de la privacidad. Afortunadamente, este widget no está habilitado de forma predeterminada, pero los usuarios que lo agreguen pueden exponer sin saberlo algunos de sus datos.
Implicaciones para la privacidad del usuario
Los resultados plantean grandes preocupaciones sobre la privacidad y el control del usuario. Si bien algunos de los datos transmitidos pueden usarse para mejorar los servicios, no siguen las mejores prácticas de anonimización. El gran volumen de datos privados, desde direcciones de correo electrónico hasta ubicaciones, que se envían regularmente plantea dudas sobre la propiedad del dispositivo por parte del usuario.
Con la capacidad de ejecutar código nuevo y realizar cambios en el sistema, parece que los usuarios no tienen tanto control sobre su dispositivo como creen. Esto plantea dudas sobre si los usuarios o Google son realmente los "dueños" del teléfono.
Un aspecto positivo es que durante el estudio no se enviaron datos a servicios de terceros. Todos los paquetes de datos fueron a parar únicamente a los servidores de Google. El teléfono también comprueba cada 24 horas si hay actualizaciones relacionadas con números fraudulentos conocidos, probablemente para ayudar con su función de filtrado de llamadas.
Un llamado a la transparencia
A medida que los dispositivos se integran más con la IA y otras herramientas de vanguardia, la línea entre el control del usuario y la gestión de la empresa se vuelve más delgada. El Pixel 9 Pro XL pone de relieve este problema. Muestra que la cantidad de datos que se envían puede ser mayor de lo que la mayoría de los usuarios aceptan.
Para que los usuarios se sientan seguros con sus dispositivos, las empresas tecnológicas deben ser más transparentes en cuanto a cómo utilizan los datos. Si bien Google no es el único que lo hace, su posición como líder tecnológico hace que esto sea especialmente crítico. A medida que se implementan nuevas actualizaciones y herramientas, garantizar el control y la privacidad del usuario debe ser una prioridad máxima.
Conclusión
El Pixel 9 Pro XL ofrece nuevas y emocionantes funciones, con herramientas de inteligencia artificial como eje central. Pero junto con estas innovaciones, las preocupaciones sobre la privacidad y el control del usuario han cobrado protagonismo. Las preocupaciones sobre la privacidad del Pixel 9 Pro XL se centran en el uso compartido de datos y las capacidades de control remoto, lo que sugiere que los usuarios pueden no tener tanta propiedad de su dispositivo como creen. Si bien los beneficios de estas funciones son claros, las empresas tecnológicas como Google deben trabajar más arduamente para garantizar que la privacidad y el control de los usuarios estén siempre protegidos.