#2 No comento casi nunca en Menéame, así que supongo que eso me libra (parcialmente) de lo que comenta #121.
Simplemente me apetecía comentar la minúscula anécdota que me acaba de pasar hace unos minutos, viniendo de comprar en el súper.
Tres niñas de unos 11-12 años, que obviamente no habían acabado ni de crecer, todas ellas vestidas con ropas "impropias de su edad" (por decirlo suave), en las puertas de una conocida y cara ostrería (Cerrada a esas horas, claro).
De las tres, la que más se parece a la Veneno a medio hacer, realiza una pose de manual en la puerta de la ostrería, que reprenden severamente las otras dos amigas, móvil en mano, básicamente porque el ángulo de inclinación de la cabeza no es el correcto...
Indicativo de los tiempos que corren, creo yo, ya que "la baja autoestima" siempre existió, y cada uno éramos más o menos populares, y sospechábamos nuestro lugar en el mundo. Pero por primera vez criamos a una generación que además establece la suya precozmente en función de likes en redes sociales, como si ya la propia vida fuera poco.
Receta absoluta para el desastre, IMO.
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#3 F-ecundo, dirás...