#19 no, no lleva desde el principio de la invasión, lleva desde hace 10 años, lo que pasa es que aquí algunos solo leen "el país" y "el mundo". Zelenski lleva acribillando el donbás 10 años, matando ucranianos y provocando a rusia por orden de EEUU (y pagado por EEUU), a ver si nos enteramos. Ah, y por cierto, Zelenski también es nazi.
#2 problema tuyo que te lo crees. Está claro que zelenski es nazi, y que la UE y EEUU lo apoya, por lo tanto, todo lo que salga en los medios nuestros es a favor de ucrania.
#49 Suerte que has tenido. Yo me he esforzado el doble que tú (y conozco a muchos que igual) y nos comemos una mierda mientras nos ahogamos en facturas, a la vez que vemos como los "hijosde", los ricos de cuna y los pijohipsters se lo llevan todo sin hacer nada, incluidos nuestros alquileres.
https://www.huffpost.com/entry/the-glass-floor-is-keeping-americas-richest-idiots-at-the-top_n_5d9fb1c9e4b06ddfc516e076?guccounter=1&guce_referrer=aHR0cHM6Ly93d3cuZ29vZ2xlLmNvbS8&guce_referrer_sig=AQAAAKaamReSMDp9J7c8wm3Vvn9_ObEhQd1Ga0Fz83JaoyOwlf01ovnZJml5LzZ3dgum9DhLXJgv6AGYwOhhYE3eFbd8wAs6x85iloT7OY5N-rnUTJnlI3-c639oj-llKMD-8tB_tVXDwLqHK59XQb6HH4G-VkS4l6oClH871E66nhNv
https://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2017-09-19/gaga-swift-hanks-aniston-kidman-clooney_1445692/
https://www.elconfidencial.com/cultura/cine/2016-03-22/el-informe-que-revela-que-la-cultura-es-solo-para-los-hijos-de-la-elite_1172362/
https://www.lavozdeasturias.es/noticia/opinion/2020/11/18/gran-timo-esfuerzo-merito/00031605694542839586659.htm
#146 Primero habría que ver cómo medimos el esfuerzo para asegurar que te esforzaste el doble que yo...
Segundo, y me permito no estar de acuerdo con tu enlace, no creo que la "cultura" sea para hijos de... Es más, hasta me atrevería a asegurar que los "hijos de..." Viven en un mundo más consumista y no les importa "la cultura"
Noto bastante resentimiento en tus palabras, un resentimiento peligroso porque tiene aroma a resentimiento de clase, yo no entiendo la cultura como algo que tenga que pagar todo el tiempo y si busco sé que hay opciones para acceder a ella por varios lados.
Pero claro... ¿Qué estás buscando vos cómo cultura? Es curioso el enlace que enviaste por 2 motivos, el título dice "El informe que revela que la cultura es sólo para los hijos de la élite" y leyendo un poco, no mucho, encontramos lo siguiente:
Que unos tipos que son economistas llegan a la conclusión que más del 70% de los actores vienen de clases acomodadas y que cobran 3 veces más que los que vienen de clases pobres.
Bueno, eso... para mi, no es acceder a la cultura, eso es acceder a un mercado laboral con privilegios.
#10 Lo que se ve es que los "hijos de" y los pijohipsters se lo llevan todo. El resto, o nos sacamos unas oposiciones o a ser explotados por cuatro duros da igual los doctorados que tengas.
#3 igual no les llega lo que ya cobran y encima con las vacaciones pagadas...
#21 es que puedes estar bien clínicamente (incluso para un psiquiatra experimentado), pero un día, por lo que sea, vuelve la depresión, y a veces más fuerte, y te sientes cansado de volver siempre a lo mismo, y ya no tienes fuerzas para seguir en la misma mierda, y si la vida es eso, estar siempre en esa espiral de oscuridad y sufrimiento, no quieres seguir... y ya solo piensas en escapar...
#116 si, es más que probable lo que dices.
#9 comunismo o barbarie
#114 No se de que comunismo hablas, pero los marxistas estan mas obsesionados con el progreso y la industralizacion que muchos capitalistas.
Anarcoprimitivismo o el movimiento Anti-civ seria mas cercano a lo que hablo.
mientras tanto para los colegios concertados los gobiernos dan cientos de miles de euros
#10 Correcto. Comunismo o barbarie.
#19 A Borrel le mola esto
#11 en 2014 quién fue? ETA?
#18 sabes algo de los nazis de ucrania? de los bombardeos desde 2014 al donbass? de las bases americanas en ucrania para rodear a rusia? sabes algo de todo eso?
#33 pero es de los nuestros...
A Amancio Ortega le gusta esto...
#2 bienvenido a la biología
El premio es dinero. Para conseguir el premio/dinero/supervivencia tienes que competir contra todos los demás; cuanto más competitivo seas -lo que no implica ser más justo, más fuerte o más inteligente, sino que quiere decir que busques la manera de ganar como sea, si es haciendo trampas también vale-, mejor te irá en el juego, más progresarás/ascenderás y más dinero ganarás. Los participantes son miembros del escalón más bajo de la sociedad, la clase que no tiene dinero/capital y por lo tanto para simplemente sobrevivir dignamente -tener una casa, mantener a sus hijos, ir al médico…- o intentar ascender socialmente -mediante la delincuencia clásica o la delincuencia de “guante blanco-, acaban endeudados o arruinados. No hay amigos ni compañeros, solo rivales a los que tienes que eliminar para progresar/ascender en el juego y conseguir un mejor premio, es decir, más dinero/supervivencia. Si te preocupas por el otro, si piensas en el otro, en sus circunstancias, en su dolor, en sus limitaciones, es decir, si te compadeces de el otro, estás perdido. Los demás dirán que eras “débil” y que mereciste perder. Si eres buena persona, estás perdido. Cuanto más “fuerte”, es decir, cuanto más psicópata, más despiadado, más individualista, más egoísta, más maquiavélico y más capacidad tengas de engañar y aprovecharte de los demás sin remordimientos y sin escrúpulos, mejor te irá, más progresarás/ascenderás en el juego y, por lo tanto, más dinero/supervivencia ganarás. Hay un patrón/director que es omnipotente y autoritario: te puede echar/eliminar cuando le de a él la gana sin tener que justificar nada. Las reglas del juego estresan a los participantes, les quita el sueño, los inunda de miedo y de desconfianza hacia los demás hasta el punto de que se vuelven más violentos y agresivos contra los otros y hasta contra ellos mismos, pues aquellos que no pueden soportar la dinámica psicopática del juego, a falta de ansiolíticos, antidepresivos o antipsicóticos que los “calmen” -que es lo que se toma en nuestra sociedad-, acaban escogiendo el suicidio. Para sobrevivir/ascender en el juego, los participantes acaban realizando conductas violentas y criminales que nunca imaginaron -tráfico de órganos, por ejemplo- porque al ser forzados a competir hasta el límite y a considerar a los demás simplemente como obstáculos que hay que superar, los cosifican, por lo que pasan de ser personas a ser fuente de ganancias monetarias, meros escollos en el camino para progresar/ascender en el juego y así ganar más dinero/sobrevivir. Los que son incapaces de volverse psicópatas y no lo pueden soportar, a falta de ansiolíticos, antidepresivos o antipsicóticos que los “calmen”, escogen el suicidio. El juego es creado por un grupo de ricos que son los que ponen/poseen el dinero/capital y por lo tanto acaban siendo “dueños” de la libertad y la vida de los participantes. La microsociedad en la que se desarrolla el juego, sus reglas y normas e incluso las fuerzas de seguridad que las mantienen, están creadas y regidas por hombres. Si llegados a este punto aún hay alguien que no ve que “El juego del calamar” es una metáfora del sistema capitalista es que tiene un problema de habilidades cognitivas y capacidad de razonamiento lógico; y si encima piensan que es una metáfora de un sistema socialista/comunista es que ya entramos en el terreno de la discapacidad intelectual. Todas estas premisas quedan prístinamente claras en el discurrir de la serie: tenemos el juego de las galletas de azúcar, en el que se realiza una actividad sencilla y trivial pero bajo una carga de estrés y presión desproporcionada puesto que si cometen el más mínimo fallo perderán inmediatamente su puesto de trabajo, es decir, serán eliminados; luego está el juego del puente de cristal, en el que uno de los participantes de repente tiene más poder que los dirigentes ya que tiene más conocimiento que ellos sobre el tema del que trata el juego, lo que le permitirá ganar y además salvar a sus compañeros -hacen comunidad, cooperan, y eso no suele gustar-, por lo que los jefes perderán o mejor dicho “dejarán de ganar” -en este caso el divertimento de verlos morir-. Para evitarlo y que todo siga igual, el patrón decide cambiar las reglas del juego sobre la marcha y así anular el poder que tenían entonces los participantes, obligándolos otra vez a competir egoísta e individualmente entre ellos. Incluso el mismo juego que da nombre a la serie es otro ejemplo claro: es un juego en el no hay ningún juego, solo competición entre dos participantes cuyo único objetivo es, por la fuerza, a base de empujones, lograr llegar a la cabeza del calamar dibujado en el suelo; no hay divertimento, solo un ganador y un perdedor. Pero dos capítulos están por encima del resto en lo que a alegoría de nuestro sistema social/laboral se refiere: el segundo y el sexto. El capítulo dos aniquila el concepto de libertad que tanto pregonan los neoliberales, el cual viene diciendo que en una sociedad capitalista cada uno tiene lo que se merece porque todos somos libres de estudiar, trabajar, emprender, esforzarnos más o menos, montar una empresa en un garaje, sacarnos medicina en Harvard, ganar un premio Nobel, convertirnos en adictos, delinquir, prostituirnos, alquilar nuestro útero, drogarnos, ser ricos, ser jefes o ser empleados, etcétera. Que el dinero de tu familia, ser hijo de Bolsonaro, la herencia, lo estructurado/seguridad de tu entorno social/familiar, el lugar en el que naces, la familia en la que naces, el capital relacional -eufemismo de “enchufes/contactos”- que tiene tu familia, etcétera, no influyen para nada en tu “éxito” personal y/o profesional, que todo depende de tu talento, inteligencia, esfuerzo y motivación. Sal de tu zona de confort y cómete el mundo, si no lo haces es porque no quieres o no vales, es lo que dicen ellos. En el juego del calamar todos los participantes son del estrato social más desfavorecido, ese del que dicen los neoliberales que puedes salir si te esfuerzas y emprendes mucho y así ascender socialmente a la siguiente clase más acomodada. ¿Por qué están ahí? Pues porque no tienen dinero ni "capital relacional y para conseguir vivir están todos endeudados. ¿Por qué están endeudados? Pues algunos simplemente para sobrevivir -vemos que hay un matrimonio normal y corriente de mediana edad-, otros porque a pesar de llevar toda la vida trabajando, ser muy inteligentes y haber estudiado, no han conseguido ese ascenso social que le decían que conseguiría fácilmente por ser tan inteligente y esforzarse mucho; otros porque se han visto abocados a acudir a las apuestas para conseguir ese dinero que el trabajo no le aportaba, otros porque han decidido no trabajar en trabajos precarios que los explotan por cuatro pesetas y se han puesto a delinquir, otros porque las mafias se han aprovechado de su situación de debilidad y precariedad y los han estafado para traerse a su familia de Korea del Norte.El caso es que todos aceptan entrar en el juego para ganar mucho dinero y así librarse de las deudas, pero cuando ven que el juego es una atrocidad en la que, si pierdes una partida, te matan literalmente, deciden salirse. Son libres de escoger, como dicen los neoliberales. Y escogen irse de aquella pesadilla psicopática. Punto para los neoliberales y su dios de la la libertad, libre elección y la mano invisible que imparte justicia. Pero ¿qué pasa cuándo están en la realidad? Que el sistema los ahoga, los atosiga y los presiona porque tienen que pagar sus deudas; y si no tuvieran deudas, tendrían que pagar sus facturas, sus hipotecas -que es una deuda-, sus coches, sus teléfonos, sus televisiones, sus canales de televisión, sus hijos, su luz, su agua, su gas, su gasolina, su metro, su tren, su comida. En fin, lo que tenemos que pagar todos en este sistema en el que vivimos. Por lo tanto, al no tener dinero para pagar todo eso, se ven forzados a meterse de nuevo en el juego. Un juego en el que el estrés es máximo, la explotación es máxima, la cosificación es máxima, la alienación es máxima, el peligro es máximo, pero que es la única manera de poder pagar sus facturas. ¿Son libres de elegir entrar o no? Rotundamente No. ¿Es libre una persona de familia pobre de escoger estudiar medicina en Harvard o un máster en Garrigues? ¿de escoger un trabajo donde no lo exploten? ¿de ira aprender inglés a London? ¿de montar una empresa o de irse a una ciudad grande a buscar trabajo donde le cobren 1500 Euros por el alquiler? Rotundamente No. En el capítulo seis los participantes tienen que formar parejas. Por inercia, se juntan con aquellos con los que tienen más afinidad. Pero -como era de esperar- el juego les juega una mala pasada, valga la doble redundancia: tienen que competir con el compañero que han escogido. Esto implica que tienen que matar a su compañero, sin violencia, ganándole, pero en el fondo es un “matar o morir”. De esto se deduce que en el juego/sistema que nos atañe no puede haber amigos, porque todos son rivales. Si eres “débil” y te compadeces de tu compañero, él te pisará y pasará por encima tuya, eliminándote. Si los dos sois “débiles” y decidís no jugar/competir para no hacer daño a vuestro compañero, los dos seréis eliminados. Si quieres sobrevivir en el sistema te tienes que adaptar y eso conlleva dejar de lado pensar en el otro como una persona, cosificarlo y así poder aplastarlo sin compasión para que poder ganar/ascender. Así, unos engañan, otros manipulan, otros se aprovechan de las debilidades del compañero, de su inocencia o su ignorancia; otros mienten, otros hacen trampas, otros cambian las reglas para su beneficio y otros simplemente se apartan del camino porque prefieren morir a perder la poca humanidad que aún albergan en su interior. El caso más extremo es el de un matrimonio normal y corriente -no sabemos por qué están ahí, pero puede ser para pagar su hipoteca, por ejemplo, o las deudas de los estudios de sus hijos-, que se escogieron el uno al otro como pareja. Así de cruel es el juego/sistema. Incluso te obliga a competir contra aquellos a quienes amas. Por supuesto, el superviviente de esa pareja acabó por suicidarse, no hay dinero que pueda atenuar esa locura. En fin, que “El juego del calamar” es en realidad “El juego del capital”: quien tiene el capital puede jugar con la vida de los demás, e incluso divertirse haciéndolo. Al resto solo nos queda participar para intentar sobrevivir, no somos libres para elegir no hacerlo, porque entre facturas y alquileres y comida, no nos queda otra que aceptar las condiciones que nos dan. O eso o morir. Nos dicen que nos esforcemos y así ganaremos, pero no es verdad. Nadie gana, porque por el camino, si no pierdes la vida, pierdes la humanidad. Pero ¿por qué organizan esos “juegos”? Al final, el rico más rico de todos dice que lo hacen por diversión, porque se aburren, porque no saben qué más inventar. Tienen tanto dinero que lo pueden hacer lo que quieran, y, además, les gusta hacerlo, les gusta esa sensación de poder. Por eso, aunque les sobre la pasta, no piensan en repartir ni aunque sea un mísero 1% de su fortuna para mejorar la vida de otros seres humanos, de sus conciudadanos, ni siquiera quieren pagar la parte de impuestos que les corresponde, y que así devolvería parte de lo que previamente extrajeron en forma de plusvalía de la piel de sus trabajadores explotados. Prefieren despilfarrarla y tener esa sensación de poder, control y dominio sobre otras personas, ya que, si se reparte, no podrían hacer ese tipo de juegos que los hacen ser omnipotentes: dioses psicópatas que dirigen la sociedad y manejan el destino de otros seres humanos. Es cruel, pero no tan alejado de la realidad. Hoy en día no tenemos -que sepamos- los juegos del calamar, pero existen muchas actividades y situaciones parecidas que podemos encontrar si nos paramos un poco a pensar y observar. Por poner un par de ejemplos así a botepronto y sin darle muchas vueltas, tenemos la industria de la moda y a la “alta cocina”. En la industria de la moda, un puñado de ricos se regodean gastándose miles de euros en trajes estrambóticos que fueron hechos por niños explotados en Bangladesh que trabajan por un euro al mes. Divertimento clasista para unos a base de esclavizar otros (niños incluídos). En la “alta cocina” los ricos pagan miles de euros por un guisante deconstruido “cocinado” por cocineros explotados con contratos precarios en los que trabajan mil horas al día y pueden ser despedidos al acabar la semana, y que cobran al mes lo que vale la mitad de ese guisante congelado en nitrógeno líquido acompañado en armonía musical con cebolla caramelizada del Himalaya y despreurizada en el vacío al cero absoluto. Otro divertimento clasista para unos que se nutre de la precariedad de otros. Parece mentira, pero vivimos en una sociedad no muy distinta a la que plantea la ficción de “El juego del calamar”, igual que tampoco está alejada de la que plantea “Los juegos del hambre”, “Elysium”, “Snowpiecer”, “Parasitos” o la maravillosa e injustamente infravalorada -quizás simplemente por no ser muy conocida- “Burnig”: ricos muy ricos aburridos que buscan estímulos que los hagan sentirse vivos, y esa estimulación normalmente incluye ejercer poder y control despiadado sobre otros seres humanos, seres humanos pobres que no tienen alternativa, que no son libres, que se ven obligados por las circunstancias -y engañados- a participar/ser explotados por los ricos aburridos, los cuales gozan haciendo las atrocidades que les da la gana porque son inmunes, todopoderosos y desabridos. Es una realidad que existe, y lo peor es que la podemos cambiar… pero no queremos. Reflexionad sobre ello.
Aún quedan algunos -bastantes- que creen que Hitler subió al poder porque era un buen orador y no porque tuviese detrás de él -o mejor, dentro de él, dentro de su partido- el dinero de todos los multimillonarios alemanes no judíos. Sin ese dinero, Hitler no pasaría de ser un mero charlatán ciclotímico en fase de manía.Pues lo mismo pasa con VOX.VOX sería un partido residual -como también lo era Ciudadanos- si no fuera por el dinero de los millonarios españoles -grandes empresarios, grandes fortunas, Esperanza Aguirre, Aznar y compañía, etcétera- y capital de origen Iraní. Y si VOX fuera un partido residual, los fascistas no estarían tan crecidos y no camparían a sus anchas por Madrid diciendo que hay que borrar del mapa a homosexuales y negros. Porque las mismas fortunas que financian a VOX financian las cadenas de televisión y los periódicos, y entonces VOX es blanqueado sistemáticamente en todos los medios de comunicación estatales -excepto los independientes-, Abascal aparece en "El Hormiguero" como si fuese un buen tipo más, gracioso y dicharachero y su discurso estuviese lleno de confeti y unicornios; Inda y Marhuenda en "La sexta noche" machacan día sí y día también a Pablo Iglesias por tener una casa pagada de su bolsillo y por preocuparse de los más desfavorecidos, pero con Abascal y VOX todo siempre son colorines y fuegos artificiales. Y esta situación es extrapolable a todas las radios, televisiones y demás los medios de comunicación.Viendo lo tan maravillosos que son VOX y Abascal -y sus ramificaciones "Desokupa", "Hazte oír" y "Abogados cristianos"- la gente que tiene unas ideas de extrema derecha -que siempre los hubo, no nos engañemos- empieza a pensar que “si gente como yo sale en la tele día sí y día también, si ideas y opiniones parecidas a las mías son repetidas mil veces por todos los asistentes en las tertulias más vistas te la televisión -léase Ana Rosa Quintana o Susana Grisso- y en las radios más oídas, si la policía y el gobierno no dicen ni hacen nada con la gente que promulgan estas ideas, pues entonces no serán tan horribles y en contra de los derechos humanos como dicen los -vagos, postmodernos, rojos, niños ricos, buenistas, etcétera- de la izquierda”. Entonces dejan de avergonzarse por tener ideas que implican matar a otras personas por su color de piel, orientación sexual o pensamiento, se crecen -con razón- y se envalentonan, y empiezan a imponerse: primero en conversaciones de barra de bar, luego en comidas familiares, y luego en la calle, bien sea con manifestaciones, increpando a políticos que no piensan como ellos, realizando persecuciones y agresiones o destrozando sedes y actos de partidos políticos del otro extremo ideológico.Y además también ocurre un fenómeno curioso y muy poderoso -realmente es la clave de la hegemonía ideológica-, y es que la gente que se mueve en la zona gris del pensamiento -los llamados equidistantes- esa zona que no es "ni de izquierdas ni de derecha", esa zona amplísima -es donde está la mayor parte de la población- que no tiene una ideología muy marcada y que opina y vota en función de lo que salga con más frecuencia, ímpetu y música y colores bonitos en los medios de comunicación, al ver TODOS LOS DÍAS, en TODAS las televisiones y radios y periódicos, lo maravilloso que es Abascal y VOX, y lo malísimo que es Pablo Iglesias y su partido, de repente, de la parte inconsciente de su cerebro empieza a brotar una línea de pensamiento: "si tanto y tan bien salen estos en la tele, radio y periódico, ¿será porque no son los malos, no?"; y así, casi sin darse cuenta, lentamente, se irán desplazando desde la gris equidistancia hacia la tremenda oscuridad de la extrema derecha.Y llegado este punto se preguntarán ustedes, ¿Pero por qué a VOX lo financian tanto? ¿Son todas las fortunas españolas fascistas? La verdad, desconozco su ideología política, pero de lo que sí estoy seguro es de su ideología económica, y esa es la neoliberal. Por que sí, amigos, VOX es, sobre todo, un partido neoliberal. Luego sí, meten todo ese rollo nacionalista y fascista -que no es menor-, pero olvídense, si VOX fuera nacionalista y fascista, pero también llevase en su programa el subir los impuestos a las rentas más altas o el regular los alquileres, no recibiría ni un euro de financiación.Como pueden ver, el escenario es ridículo, pero peligroso. Hay unos señores que, por no pagar cuatro pesetas de impuestos, están financiando el racismo, la homofobia, el machismo, la aporofobia, la violencia... vamos, el fascismo en general. Y si no me creen, sepan que esto no es nuevo, ya ha pasado más veces en la historia, de hecho, como he dicho al principio, con el nazismo ocurrió lo mismo: pasó de ser un partido residual a ser hegemónico cuando los ricos alemanes vieron la oportunidad de deshacerse de los ricos judíos que les estaban ganando el terreno -es decir, ganando tres euros más que ellos-, y de los "peligrosos" izquierdosos -los comunistas, los socialdemócratas y los sindicalistas estuvieron entre los primeros grupos en ser perseguidos por los nazis-. Y no solo ha pasado con el nazismo, ha pasado con la sangrienta dictadura de Pinochet en Chile, y recientemente con el Trumpismo, con el Bolsonarismo -no sé si existe ese término- y, en general, con la mayoría de los gobiernos de Latinoamérica, África, y parte de Asia. Las grandes fortunas financian a los partidos neoliberales, aquellos que les harán pagar menos impuestos y les impondrán menos respetos a los derechos humanos y ecológicos -es decir, aquellos que les dejarán explotar a niños y adultos, y destrozar selvas y poblaciones indígenas enteras-, aquellos que les dejarán “más libertad", como dicen ellos. Libertad para explotar, para expoliar y para asesinar.Y en España está pasando -si no ha pasado ya, porque yo creo que ya es demasiado tarde-; por no pagar un 1% de lo que ganan en un año, unos señores muy ricos, dueños de TODOS los medios de comunicación, han blanqueado el fascismo, y ahora, como se ha demostrado en la manifestación de Chueca, es imparable. Y es imparable porque estos señores muy ricos manejan no solo los medios de comunicación, sino también a los políticos, a los jueces, a la policía y al ejército. Y así no solo blanquean al fascismo, sino que no actúan legalmente contra él. Y como a estos señores ricos los fascistas no los van a tocar -el perro nunca muerde la mano que le da de comer- pues les da igual que se mueran los rojos/vagos/maricones/pobres.El escenario es dantesco porque como dijo Karl Polanyi: “El fascismo es el corolario del neoliberalismo”.
Vivimos en un mundo en el que, a menudo, la falta de talento es sustituida por el exceso de caradura. Observamos cada vez con menos asombro cómo personas sin ninguna habilidad específica parecen haber sido tocadas por el dedo de Dios, mientras que otras cargadas de talento, parecen haberlo hecho por el del demonio.
Muchos se quejan de falta de civismo, de falta de educación, pero ¿se acuerdan qué pasó cuando se intentó meter en el curriculum una asignatura que se llamaba "educación para la ciudadanía", cuyo objetivo, precisamente, era educar en valores cívicos? Pues que casi fusilan a su ideólogo. Una sociedad incívica es una idea -y objetivo- de la derecha neoliberal, que ve todo aquello que sea intervencionismo, bien sea en el mercado o en la educación, como una falta de libertad. No vaya a ser que se tengan en cuenta los derechos humanos y ya no se pueda explotar libremente, no vaya a ser que se tengan en cuenta los derechos humanos y ya no se pueda uno poner libremente un precio desorbitado a la insulina o un tratamiento contra el cáncer. Es por eso que los liberales no quieren estado -anarcocapitalismo- o quieren un estado mínimo -minarquismo- donde solo las fuerzas de seguridad -que protegerán sus intereses de los saqueos de los pobres- sean estatales. Es por eso que los liberales -que resulta que, ¡oh casualidad!, son todos ricos- no quieren impuestos, porque con ello matan dos pájaros de un tiro: hacen más débil al estado, y se hacen más ricos ellos. Con más dinero, ellos ganan más poder, y con ese poder y ese dinero controlan los medios de comunicación, sometiéndolos a ser meros altavoces de su ideario -propaganda y psicología baratas pero efectivas-; y a los políticos, que en muchos casos ya son ellos mismos, para que decreten para ellos y les permitan ganar más dinero y más poder. Como decía Escalante "el neoliberalismo necesita de la política para que legisle a su favor", y siguiendo esa premisa hasta acabaron los propios liberales fundando partidos: VOX y Ciudadanos. No les llegó con ir colonizando los que ya había. Y con ese dinero y ese poder quieren también comprar la educación, por eso hablan de "libertad" para escoger colegio, porque es el bastión que les queda para la manipulación total y que no se les escape ningún cerebro sin lavar. Así sus "valores" coparán todo el espectro comunicativo, todo aquello nos llega por los ojos y las orejas y no habrá otra corriente de pensamiento que no sea la liberal. Una ficción orwelliana hecha realidad, un sueño húmedo Tacheriano. Marx y Marcusse se esfumarán, es más, yo creo que toda la filosofía desaparecerá. Para consumir y ser explotado es mejor no pensar. Les hemos dejado ganar dinero y poder político, y ahora ya no hay vuelta atrás. La ideología ya no tiene manera de entrar al gobierno, y así poner un poco de freno a la avaricia y la psicopatía de la economía es imposible. Se acabó la sociedad, todo es consumismo y enriquecimiento del 1%, de la élite económica, de los verdaderos antisistema. El resto seremos explotados de todas las maneras posibles: con nuestra fuerza de trabajo, consumiendo sus productos innecesarios -y los necesarios como la luz, el gas y hasta el agua, también-, o pagando alquileres desorbitados. Los pobres enriqueciendo a los ricos, y ahora ya no habrá política que nos proteja frente a esta barbarie, ya no habrá derechos sociales, ni siquiera derechos humanos. Solo habrá "los juegos del hambre".
Que gente de clase obrera asuma lo que Cappa llama "las costumbres del opresor" no es tan grave como que asuma el discurso del opresor. Cuando tienes una voz y un lugar prominente en la sociedad, con posibilidad de ser un altavoz en el que se fije otra gente, y eres de clase obrera, exigir una absoluta coherencia (como en casi todo) es suicida y falsario, pero mantener la brújula es obligatorio.
#1 Es que al haber apoyado y aplaudido en el congreso a Zelenski, ténicamente, nosotros stambién somos nazis. Europa es nazi... es muy triste.