Si la realidad, en este caso un registro oficial de por dónde pasan las tuberías, está en contra de lo que una persona dice, una de dos, o los planes están mal o la persona miente. La realidad no discute, ni contradice a unas palabras. La realidad confirma o desmiente unas palabras.
Parece que nos hemos acostumbrado a poner al mismo nivel unas declaraciones con unos hechos, como si los hechos al igual que las declaraciones fueran subjetivos e interpretables. Y no, los hechos son hechos y las palabras, palabras. Cuando hay una contradicción entre ambos, tenemos una mentira. Llamémosla por su nombre.
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Pero como estos son "moros buenos" (es decir, amigos de los EEUU), pues no pasa nada. Puto asco...