#5 Es que de cooperativismo, en cierto modo, hablo yo. Cuota ínfima y ya está.
Muy buen artículo. Me parece un razonamiento impecable.
#2 Robar=impuestos nunca está justificado.
#76 Robar=/=Impuestos
#79 El estado no son más que unos ladrones estacionarios.
#106 Ok, empieza a pagar carreteras con tu bolsillo. Y policía, y basuras, TODO.
A los libeggales como tu les recuerdo esto:
https://www.xataka.com/magnet/hace-20-anos-grupo-anarcocapitalistas-quiso-crear-utopia-libertaria-eeuu-le-salio-paraiso-para-osos
Os comía la mierda en dos días.
#13 #79
#115 Las carreteras son el 0.5% del presupuesto estatal. De hecho si se pagaran por peaje, quitando todos los demás impuestos relacionados (a gasolina, a compra de coche, de circulación etc) pagaríamos 6 veces menos.
#76 Siempre puedes devolver todo lo que el Estado a invertido en ti e irte a vivir con tu amado Milei, nadie va a frenarte.
#113 Nah esos impuestos lo pagaron mis padres con creces.
#114 ¿tu crees? Seguro los padres del resto tambien tuvieron algo que ver, a no ser que vivieras aislado y tus padres pagaran una fortuna de impuestos porque cobraban tambien una fortuna.
A ver si es que cuando la gente arrima el hombro hay mas para todos y vivimos mejor. Y si, a veces a la gente hay que forzarla, porque normalmente la gente que se ha criado en un Estado del Bienestar tiende a volverse una panda de egoistas insufribles y ponen en riesgo una cierta paz social.
Si quieres hablar de robos de gran envergadura pregunta a las grandes fortunas, que de eso saben un rato.
#118 Si hablas de vivir mejor, te recuerdo que si descuentas la inflación (creada por el estado exclusivamente), el salario medio no ha subido NI UN EURO desde el año 2000.
#120 y sin unos servicios publicos e infrastructura basica todo iria doblemente peor, nada que ver con los impuestos. El problema con los impuestos es en que se los gastan y como los recaudan, el IVA por ejemplo es el impuesto que peor se aplica sin ninguna duda. Pero esto es lo que pasa cuando nos conformamos con los candidatos mas mediocres y trepas de cada partido, su unico plan es aguantar en la silla hasta que se pueda. No tienen ningun proyecto de pais porque la gente solo premia chorradas folkloricas y sentimientos infantiloides, ¿para que esforzarse?.
#2 pues yo voy a negar la mayor
Yo digo que a la clase media patrimonial le importa bien poco el valor de su propiedad (entre los que me incluyo), porque DA IGUAL.
Si mi piso (en propiedad) pasa a valer 1.000 millones de €, y me quiero cambiar de piso, el nuevo piso me va a costa unos 1.000 millones de €, pero al venderme el actual dispondré de esa cantidad.
Si mi piso pasa a valer 60.000€, el nuevo piso me costará unos 60.000€ que pagaré con los que saque de mi piso actual.
Es más, en realidad, y por los mismos motivos que hay en el artículo, por temas de herencia generacional, a mi me pasa que me muero porque el precio de la vivienda CAIGA EN PICADO.
Porque mis 2 hijos no pueden vivir eternamente conmigo, así que se han de espavilar a comprarse (o alquilar al principio) una vivienda.
Y con los precios actuales, es posible que acabemos viviendo todos, yo, mis hijos y mis nietos, en un piso patera, con camas en los pasillos.
Así que ya te digo que la gente de clase media (los currantes de toda la vida), incluídos los que tenemos la vivienda en propiedad, queremos, deseamos, exigimos, soñamos con que la vivienda vuelva a poderse a pagar con una hipoteca (que no te ahogue) a 15 años, como era antes de que algún gilipollas eliminase el tope de los años de las hipotecas en los años 90.
#83 Una cosa es lo que tu o tu entorno quiera o te diga querer, y otra es la realidad es que la mayoria no piensa como tu, lo que piensan es:
- Yo quiero que mi vivienda no pierda precio, porque asi cuando me vaya a una residencia, la podre vender y sacarme un pastizal, y asi dejar mas dinero a mis hijos, que con un poco que tengan ahorrado, podran entrar en otra hipoteca a 30 años para su casa...
No piensan que si su casa baja, el resto tambien, solo piensan que si su casa baja, pierden dinero...
Esta mentalidad no piensa que puede que sus hijos ganen una pasta por vender esa casa que costo 100.000€ en 500.000€, y puedan acceder a otra con hipoteca, pero puede que sus nietos ya les sea imposible porque las casas ya van por 1 millon o mas de euros, que es inviable.
Por no decir que el precio ha subido basicamente porque esas familias que en 15 años o menos como antes pagaban la casa, en los años 2000 con lo que tenian ya ahorrado tras pagar la primera vivienda, compraron otra u otras con el credito libre y descontrolado que dieron en los años 2000, y que hizo que se fueran a 30 o 40 años para las generaciones posteriores y ya ahora con las condiciones restrictivas que hay.
#85 de verdad crees que los padres nos quedamos impasibles cuando tus hijos pasan los años, y no se van de casa, y sabes que no pueden irse?
Tú crees que no lo notamos si de repente, en la habitación de la niña, ya no duerme ella sola, sino que duerme con su pareja, y que los tenemos por la mañana y cada noche?
Y de que así será por años, porque es imposible que se busquen algo, porque los precios son prohibitivos?
Estoy MUY seguro de que debes ser joven, que no debes llegar ni a los 40 años.
Pronto te darás cuenta, si pillas un momento una calculadora, que a tus hijos se la sopla tu casa cuando tú te mueras, porque, si todo va bien, cuando tu te mueras, ellos ya estarán jubilados, así que en ese momento les importará bien poco si el piso se vende por 250.000 o por 200.000 o por 300.000.
Ya han vivido su vida, y esos 50.000 euros de más o de menos les van a cambiar bien poco.
Lo que importa a los hijos es dónde disfrutan de su vida, su etapa de joven y madurez: en un nidito de amor, con tu pareja, y más adelante con hijos, y no viviendo con tus padres, sólo con la intimidad del cuarto en el que creciste (y con la verguenza de vivir con tus padres), o compartiendo piso en una obligada eterna juventud en un piso patera
Y a los padres también se nos destroza el corazón si hemos de ver cómo nuestros hijos tienen que compartir piso con otras personas.
#89 Pues mira, tengo 40 años y tanto yo como mi pareja aun seguimos viviendo con nuestros padres porque es inviable encontrar una mierda de casa. Llevamos 3 años buscando y nadie se baja de la puta burra, es mas, en estos 3 años, solo hacen subir y subir. Propietarios que conjunto a la inmobiliaria te enseñan la casa y claro, negociar nada de nada, porque es que como mucho te rebajamos un 5% de una vivienda que esta por las nubes. Asi que en estos 3 años he comprobado que a la generacion yaya que son muchos de esos propietarios que estan vendiendo la casa, les da igual todo lo que les pase a los hijos o nietos porque no bajan el precio ni para atras. Asi que fijate como estoy yo hasta los cojones de que esto reviente de una puta vez, y todos esos golfos hijos de puta que compraron casa por dos reales hace 40 años y que ahora que se jubilan ponen la vivienda a precio de oro me caguen su puta madre....
Por eso te digo, que tu puedes pensar eso, la puta realidad es que aqui la generacion yaya no rebaja el precio ni patras... no estamos hablando de casas de nueva construccion... casas que tienen mas de 30 y 40 años...
Como ejemplo te dire que en el portal de al lado de mis tios, en Francos Rodriguez, en Madrid, se vendia un piso en Idealista el año pasado a 650000€... un puto piso cuya construccion fue en 1969, cuando lo compraron mis tios, y que no costo una puta mierda, y hoy con mas de 50 años de antiguedad, lo venden por 650000€... pero que putos cojonazos, el piso estuvo meses asi, fue bajando de precio hasta 549000€ y ya no volvi a seguirle la pista porque aun asi, todo era ese precio... pero es que la zona es asi o mas cara!!
Otro ejemplo: mis padres estuvieron mirando en 1999 para comprarse un adosado en una ciudad del cinturon sur de Madrid... el precio nuevo del adosado eran 24 millones de pesetas, es decir, 160000€... hoy en esa zona, se estan vendiendo esos chalets a 480000€, 25 años despues, han triplicado el precio... ¿pero que cojones?
Asi que como ves, la realidad no cuadra con lo que tu pienses, que es lo que deberia pensar toda la generacion yaya, pero no, tus deseos lamentablemente no se estan cumpliendo... y te lo digo como afectado principal que ve como su vida se pasa y no podremos a este paso formar una familia... y creeme, me caguen dios y en toda esa generacion yaya que nos ha secuestrado nuestra vida!!!
#94 me has dejado de piedra
Vaya mierda
De todas formas, quiera apuntar alguna cosa:
-Yo, en mi caso, deseo que la vivienda baje, y me la sopla el precio de mi piso, porque si tengo que comprarme otro, venderé el mío para comprarme el otro.
Pero eso no significa que yo vaya a vender mi piso barato: si el nuevo me tiene que costar 500.000, ya te digo que el mío no lo venderé por menos, más que nada porque estoy obligado a ello
Pero el artículo sobre el que estamos opinando no va del mercado inmobiliario, va del deseo de los votantes.
Aunque yo esté obligado a vender a precio de mercado (como el resto de yayos), seguiré votando y aplaudiendo a cualquier partido que proponga cambios radicales que puedan llevar a la caída de precios del sector.
Si tú tienes que venderte algo, no lo harías? (vender a precio de mercado, pero desear que los precios (en general) bajen?)
#103 Es que por eso es necesario un descenso controlado por el gobierno de todos los precios. De nada vale que uno baje el precio a 150000€ y luego el resto lo mantenga a 400000€...
Si las estadisticas no mienten: la edad de emancipacion en España record historico superando los 30,3 años de media, y la natalidad por los suelos como nunca en la historia.
La alternativa es alquilar por las nubes y no ahorrar nada y ver que pasa en la jubilacion (salvese quien pueda) y/o compartir piso a los40 y los 50 y toda la puta vida... asi que no, que reviente todo, si tiene que mandar Putin un pepinaco que lo mande... o follamos todos o la puta al rio... nosotros ya hicimos lo que se nos dijo: estudiar para tener un futuro mejor... los cojones....
#94 eso en cualquier país con una sociedad civilizada es un fracaso absoluto. Y aún tienes suerte de tener padres con vivienda en propiedad. Algunos ya no tenemos padres y la propiedad fue repartida entre hermanos.
#89 Por cierto, en este articulo te explican detalladamente todo correctamente:
La vivienda y el nuevo feudalismo
#97 leí ese artículo, y también me gustó mucho
#98 ahora le apuntaba a un compañero de menéame:
Yo, aunque quiero que bajen los precios, y votaré en consecuencia, si tengo que vender mi piso, lo venderé a precio de mercado, evidentemente, porque con ese dinero me tengo que comprar otro piso donde vivir.
Una cosa es el comportamiento que tenemos en la compra/venta, y otro nuestro comportamiento al votar
#9 Yo ya he terminado de pagar mi hipoteca. Me trae sin cuidado totalmente el precio de mi piso, porque no tengo ninguna intención de moverme de donde estoy y por tanto no voy a ESPECULAR con subidas/bajadas/inversiones y historias de esas. Que seguramente en términos económicos y de rendimiento me saldría a cuenta irme a un pueblo y alquilar mi piso y obtendría más rendimiento.... pero es que me la suda el rendimiento. Yo tengo un piso porque quiero tener un sitio donde dejar mi culo y mis trastos. El análisis este de 'clase media patrimonial' hace aguas por todas partes. Y te lo dice #83 igual.
#132 No es mi caso, ni el de la mayoría de la gente que conozco. Debemos ser todos 'casos aislados'.
Los pringados que se hipotecan para comprar una casa y que después de 20 o 30 años terminan de pagarla, normalmente no están pensando en especular y como mucho y dependiendo de sus trabajos, piensan en 'cambiar' por una mejor o con más habitaciones si han tenido críos. Ya tienes que ganar un buen pastizal y tener un piso heredado y que no hayas tenido que pagar para ponerte a comprar pisos como inversión. Ese no es el caso de la mayoría de la 'clase media', por mucho que diga Piketty o su porquero.
#83 es que el currante de toda la vida no es clase media...
#3 Muchas gracias.
#7 Gracias a ti. Me interesa mucho la opinión de otro licenciado en historia. Ya me contarás.
#26 Muchas gracias. Ya me dirás qué te parece si lo acabas.
A ver que te parece este argumento: en caso de error, de la cárcel se sale, del cementerio no.
Saludos
#33
Hombre, ya que me mencionas, igual tendré que dedicarte otro artículo. Tu forma de razonar me parece fascinante (todo sea dicho desde el buen rollo)
#39 Bueno, si ya hablas de una "forma de razonar" en vez de supersticiones o similar ya es un avance desde aquel artículo, tal vez en el próximo abordes algo que sí me concierna
Según el artículo, en unos meses vamos a tener una guerra USA-China… Se me ocurren dos opciones:
1.- El artículo, tal como supongo, va a envejecer pronto y mal.
2.- El artículo acierta y el menor de mis problemas es que el reído de los pitonisos
Muchas gracias por la ayuda, es muy útil.
Realmente es solo la actualización de la vieja teoría fascista. Si estuviéramos en los años 30 del siglo pasado, te dirían lo siguiente:
— Existe una conspiración liderada por los judíos y sus aliados liberales. La conspiración judeomasónica, como la denominaba el franquismo.
— Dominan el capital. Son los verdaderos causantes de tus problemas socioeconómicos.
— Dominan los medios de comunicación y la cultura. Hacen ver que hay un choque de ideologías, pero dominan tanto la izquierda como la derecha. Todo forma parte de una estrategia de manipulación social.
— Conspiran para crear guerras, enfermedades y desastres naturales. Los judíos y sus cómplices son culpables de todos los males desde siempre.
— Aspiran a una dictadura mundial.
— Tienen compradas a las instituciones mal llamadas democráticas, que solo les sirven para ejercer su poder y manipular a las masas. Son los causantes de la corrupción.
— Falta poco para que completen su plan y nos dominen totalmente. Estamos en una situación de emergencia.
— La SOLUCIÓN (final) es la implantación de una dictadura «de los nuestros» que arranque de raíz la conspiración, eliminando a los conspiradores y a todos sus cómplices. La verdadera libertad llegará cuando eliminemos a estos conspiradores, por lo que hace falta un gobierno que pase por encima de la falsa democracia, ya que no representa al pueblo.
— La nación, la historia, y Dios están de nuestra parte. Eliminemos a sus enemigos.
Este esquema de pensamiento podría firmarlo Hitler, Mussolini o la mayor parte de los manifestantes de Ferraz. Es la misma propaganda actualizada a los nuevos tiempos. Y ya sabemos que funciona.
Te compraré el libro.
Te mando un privado para preguntarte algunas cosas, ya que también he publicado uno y me podrías aconsejar...
Buen artículo. Estoy de acuerdo en que la deuda es un problema al que no se le está prestando suficiente atención. Sin embargo, me parece que te equivocas en algunas cifras, como la de sanidad. ¿Has tenido en cuenta que buena parte del gasto sanitario lo asumen la comunidades autónomas y no aparece como tal en los presupuestos?
Decía el florentino que, según la experiencia adquirida de sus numerosas lecturas de los clásicos y en sus misiones diplomáticas, son solo dos cosas las que hacen que los hombres se subleven: la propiedad y el honor.Siempre que no se quite a la generalidad de los hombres su propiedad ni su honor, viven contentos y en paz.En otras palabras, no son la pobreza o la tiranía, por ejemplo, las causas de los levantamientos populares. Al fin y al cabo, como dijo Tolstoi, o eso creo recordar, un hombre aceptará sus condiciones de vida siempre que sus semejantes también lo hagan. En cambio, la plebe se muestra furiosa cuando siente que se le sustrae algo que considera propio o al sentirse humillada.Desde esta perspectiva, podríamos comprender como el movimiento del 15M consiguió conectar con los sentimientos populares. Por un lado, estaba claro que la crisis económica la iban a pagar las clases populares mientras los causantes incluso se beneficiarían. Era un robo, perpetrado contra las clases humildes. Por otro lado, el espectáculo dantesco que suponían los continuos casos de corrupción, la inacción de las élites ante la situación y la impunidad de los culpables, generaban una sensación de humillación. Los de arriba no solo robaban, sino que se mofaban de sus víctimas. La propiedad y el honor. Los indignados.Podemos supo capitalizar este descontento popular presentándose como el azote de los corruptos que robaban a manos llenas y que incluso se atrevían, como cierta política madrileña decía, a retarles a que formaran un partido. Así lo hicieron y la teoría de maquiavelo funcionó a la perfección: muchos querían una respuesta a las afrentas a la propiedad y el honor sufridas por las clases populares.Sin embargo, desde estas mismas coordenadas se puede analizar el declive del partido morado. Tanto por sus propias acciones como por el discurso propagado por sus rivales, se consiguió que la percepción fuese justamente la contraria. Ahora serían presentados como quienes realmente ponían en peligro la propiedad y el honor de las clases populares. Su giro hacia la defensa de políticas identitarias y de defensa de las minorías hizo que se comenzasen a percibir como una amenaza a la propiedad, mediante su caricaturización como paladines irreflexivos de la inmigración ilegal y de los okupas. La propiedad estaba en peligro, puesto que el discurso hegemónico consiguió transmitir que las clases populares corrían el peligro de ser sustituidas en sus precarios trabajos por sinpapeles o directamente expropiados por okupas.Por otro lado, ese discurso también los presentó como causa de humillaciones varias. Eran los que insultaban a los hombres solo por el hecho de serlo, eran los que insultaban a los obreros que no les votaban. Todo ello, sin olvidar el sempiterno nacionalismo centrífugo. Para muchos, la fragmentación de España sería tanto un robo como una humillación.Mucho se ha hablado de este ciclo político y de sus causas, pero siempre merece la pena analizar el presente a la luz de los clásicos. Como el propio Maquiavelo decía, las pasiones de los hombres siempre han sido las mismas, por lo que consideraba posible aprender para su presente de la historia de Roma. Aunque vivamos en un mundo tecnológicamente irreconocible para nuestros antepasados, puede que el italiano tuviese algo de razón y las pasiones que hacen movilizarse al pueblo sean tan universales como voluble su voluntad:El pueblo, caprichoso e inconstante, engañado muchas veces por una falsa apariencia de bienestar, desea su propia ruina [...] y entonces la república queda expuesta a infinitos daños y peligros.
La Agenda 2030 es el nuevo leitmotiv de la alt-right, o como queramos llamar a esa corriente política de la que forman parte los trumpistas y sus imitadores.La pandemia fue una época dorada para ellos, puesto que creó un terreno fértil para sus teorías, las cuales giraban en torno a un complot de los distintos poderes fácticos para imponer un nuevo orden mundial cuyas características serían bastante similares a las del estalinismo. El peligro, nuevamente, venía de la izquierda radical que, mediante un mecanismo nunca explicado, controlaba el poder entre bambalinas. Su objetivo, instaurar un gobierno mundial totalitario que recordaría al del famoso 1984: un estado todopoderoso que controlaría todas las facetas de la vida de los ciudadanos; un estado policial y altamente represivo, un nuevo comunismo, en suma. El coronavirus iba a servir como la excusa perfecta para implantar las medidas que llevarían al nuevo modelo, al mismo tiempo que servía de experimento social. Por eso su propaganda insistía con vehemencia en que nos obligarían a vacunarnos a todos y en que las restricciones al libre movimiento de las personas iban a quedarse para siempre. Se obligaría a las personas a llevar mascarilla para conseguir atomizar a la población mediante la incomunicación y por eso serían permanentes: la desestructuración social como paso previo al totalitarismo. La censura mediática, que se aplicaba contra los que defendían la verdad sobre el virus (que era cualquiera menos la oficial) también sería ya permanente, pues es bien sabido que el control de los medios de comunicación era condición indispensable para el nuevo régimen. Se aterrorizaba a la población para que aceptaran los cambios políticos. “Ahora irán a por los niños” decían en algunos de sus videos. En definitiva, el COVID-19 no era más que la parte visible de una conspiración mundial de sus enemigos políticos. Por eso era tan importante apoyar a estos patriotas que nos querían salvar del complot comunista.Por supuesto, ninguna de sus predicciones fue cierta. La salida a la pandemia fue exactamente la opuesta: la liberal, es decir, cada uno que haga lo que mejor le parezca. Las vacunas no fueron obligatorias y las restricciones al movimiento se fueron eliminando. Las medidas sanitarias fueron paulatinamente ignoradas por la población y las sanciones jamás llegaron. No ha habido ningún cambio en el sistema y todos los trumpistas siguen teniendo total libertad para continuar predicando sus sandeces. Por supuesto, no aprovechan esa oportunidad comunicativa para admitir que ocurrió exactamente lo contrario de lo que pronosticaban. Un buen profeta no se desanima por fallar sistemáticamente sus predicciones. Eso solo lo hacen los hombres faltos de fe.Ahora toca pontificar sobre la agenda 2030 que, en su clarividente perspicacia, es el nuevo horizonte que los “globalistas” (ahora llaman así al viejo fantasma comunista) tienen para implantar su sistema orwelliano. Otra vez los mismos argumentos, otra vez las mismas técnicas de propaganda y otra vez los mismos consumidores. Por supuesto, otra vez la misma solución: dadnos el poder a nosotros para que os podamos defender de la conspiración globalista.Nuevamente circulan videos advirtiéndonos de que quieren quitarnos nuestra libertad para implantar un nuevo estalinismo. Cualquier suceso va a ser interpretado desde esa perspectiva, pues todo forma parte de la misma conspiración. Como ejemplo, este video en el que se advierte de que van a implantar un sistema cada vez más parecido al chino: más control estatal, menos libertad; un estado policial de control total, el mismo que nos iban a implantar gracias al COVID.https://www.tiktok.com/@jjchagerbena/video/7207821069070159109El patrón se va a repetir. Tras cada profecía fallida, una nueva teoría cocinada con la misma receta: los globalistas quieren controlarte y son los causantes de las últimas noticias sucedidas, sean cuales sean éstas. La solución, la la habitual. Dadnos el poder para poder ayudaros. Los consumidores de este mensaje también siguen siendo los mismos, los que se creen bien informados por estar al tanto de la “verdad alternativa".El problema de fondo es por qué cala tan fácilmente esta propaganda. Esa es la cuestión interesante. En un contexto en el que es evidente que los problemas se acumulan, resulta tentador pensar que nos dirigimos hacia la implantación de algún tipo de distopía en un futuro cercano. Los predicadores de la derecha conspiracionista explotan esta sensación para presentar una distopía en la que nos dirigimos hacia un sistema dictatorial situado en sus antípodas ideológicas. De ese modo, si se admite su discurso, la consecuencia lógica es apoyar políticamente a aquella opción más beligerante contra esa posibilidad. Las teorías sobre la agenda 2030 son tan falsas como aquellas sobre el coronavirus, son fabricadas por el mismo agente político y van dirigidas al mismo público objetivo, que las va a consumir gustosamente.Hasta aquí, la parte fácil del análisis pero ¿cuál va a ser la solución a los distintos problemas que se acumulan? ¿Vamos hacia un cambio de sistema? No seré yo quien haga profecías para refutar a los profetas, pero apostaría fuerte a que las respuestas van a venir dentro del mismo paradigma en el que nos movemos, es decir, el liberal. En otras palabras, la respuesta a las distintas crisis -económica, ambiental, política- va a ser similar a la que los gobiernos occidentales dieron al Coronavirus. Se trasladará la responsabilidad al ciudadano y al mercado. Muy al contrario de lo que pronostican los seguidores de la alt-right, occidente no va hacia un totalitarismo de extrema izquierda en el que estemos sometidos a las directrices del Estado; más bien todo lo contrario. Europa se va a parecer cada vez más a EEUU, no a China. Excusándose en la defensa de la libertad nos van a dar cada vez más: libertad para que cada uno solucione sus problemas por su cuenta, libertad para que se adapte o sucumba, libertad para que se queje todo lo que quiera ya que nadie le va a escuchar, libertad para que difunda cuantas teorías de la conspiración desee, libertad para culpar al colectivo que seleccione, libertad para gestionar su miseria como mejor pueda.Mientras, a algunos se nos va a hacer bola tanta propaganda y desearemos que acabe la década para que, al menos, cambien el repertorio.
Existe un aparato diabólico que me hace perder la poca fe que tengo en la humanidad. Me ha llegado uno de los hits de VOX al móvil. Puede que tal vez no sea el último ni el peor, puesto que sus integrantes son conocidos por su alta productividad, al menos en este tipo de actividades. Como no tengo nada mejor que hacer, que ya es decir, voy a analizar someramente qué es lo que dice.https://twitter.com/MeerRocio/status/1633579603804471298?s=20
Mucho se está hablando del reciente asalto al parlamento brasileño perpetrado por los partidarios de Bolsonaro. Mi intención no es valorar el suceso, pues estoy seguro de que los expertos multifunción que copan los medios de comunicación ya ofertarán los más variopintos análisis, al gusto de cada consumidor. Lo que propongo es un juego, o más bien una apuesta: los antiguos defensores del bolsonarismo, epítome de esa nueva derecha que viene a salvarnos de las garras del globalismo, van a acabar afirmando que Bolsonaro jamás fue de los suyos e incluso, por qué no, que él y sus lunáticos seguidores eran realmente de izquierdas. ¿Los argumentos? Pues bien, si alguna ventaja nos ofrecen los interesantes tiempos que vivimos es que nos hemos librado del pesado yugo de tener que argumentar nada e incluso vivimos libres de las cargas de la molesta lógica. Ya pasó con Putin. El lider nacionalista, patriótico, tradicional, religioso y enemigo tanto de los globalistas como de los gays, pasó de la noche a la mañana de ser “un gran estadista” a “un comunista de toda la vida” (Marhuenda dixit). La mención especial se la llevó, sin embargo, Antonio Naranjo con su memorable "es que es muy fácil, a ver, Putin se llama como Lenin, se llama Vladímir". Al defenestrado Bolsonaro, salvo sorpresa, le va a pasar algo similar.En pocas palabras, seguirá el camino inverso a Nelson Mandela. Si mencionamos a este personaje, su imagen de pacifista, tolerante, dialogante, centrista y escrupuloso demócrata surge inmediatamente en nuestra mente, mostrando al personaje construído cuando quienes detentan el poder decidieron que era más rentable resignificarlo que acabar con él. De ese modo, un señor que estuvo considerado oficialmente un terrorista por EEUU hasta 2008, que cofundó un grupo guerrillero marxista, que se entrenó en tácticas de insurgencia en el extranjero para iniciar una revolución en su país y que en los ratos libre se hacía fotos con Fidel Castro, se convirtió en alguien aceptable por el sistema. En un señor de centro de los de toda la vida. Mandela aceptó este papel construído por sus antiguos enemigos, por pragmatismo. Como no habían podido doblegarlo, lo cooptaron. Al Bolsonaro le va a pasar lo contrario: se va a convertir en un líder populista, y ya se sabe que el populismo es únicamente de izquierda. En su caso, sin embargo, es indiferente que el afectado no esté de acuerdo: el fracaso se ha de pagar; la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana.
Este artículo va dedicado a todos aquellos defensores de las dictaduras que, al mismo tiempo, suelen declararse feroces enemigos de los terroristas. Paradójicamente, en su visión del mundo, la violencia ejercida por su sistema dictatorial preferido es justificada mediante las más variadas e imaginativas excusas, al mismo tiempo que cualquier conato de violencia de sus adversarios políticos, aunque sea simbólica, es tildada de terrorista.El viejo paradigma de la mandíbula de cristal y el puño de hierro lo aplican, de esta forma, a su visión interesada de qué es el terrorismo y qué es el legítimo monopolio estatal de la violencia.Si nos ceñimos a la definición de terrorismo, encontramos que es la “dominación por el terror”, “los actos violentos para infundir terror” o “la actuación de bandas organizadas que pretenden crear alarma social con fines políticos”. Con esta definición en mente, nos es fácil visualizar el arquetipo de terrorista que nos viene inmediatamente a la imaginación: el etarra o el yihadista que, mediante actos de violencia, infunde terror en la sociedad con el fin de chantajearla; si se quiere acabar con estos actos violentos, se han de cumplir unas exigencias políticas. Sin embargo, nos cuesta más asumir que el mismo paradigma suelen emplearlo otro tipo de organizaciones, como son los estados. En este caso, la violencia suele tomar la forma de ejecuciones y torturas en los casos más graves. El trato que ofrecen estas organizaciones (estatales) es exactamente el mismo: si se quiere evitar la violencia, se debe ceder políticamente. La obediencia al régimen es el acto político más básico.Por tanto, una dictadura que ejerza violencia con fines políticos se puede considerar terrorista. De hecho, encaja perfectamente en las definiciones citadas anteriormente. Mediante la violencia se consigue la sensación de terror o de alarma social, chantajeando a unas víctimas a las que se les exige obediencia a cambio de conservar su integridad física. Pero, llegados a este punto, cabe preguntarse si acaso dictadura y terrorismo no van siempre ligados pues ¿acaso ha existido alguna dictadura que no haya ejercido el terror como forma de control social? Podríamos realizar una lista lo más exhaustiva que queramos y encontraremos que, efectivamente, toda dictadura ejerce el terror como forma de control político.Algunos suelen argumentar que, cuando la violencia la ejercen individuos uniformados, no cabe utilizar el término terrorismo, pues se ha de reservar para organizaciones no estatales. La falacia lógica es tan evidente que cuesta explicar lo que no debiera necesitar explicación. Simplemente se categoriza un fenómeno con otra etiqueta cuando así nos conviene, de forma que al cambiarle el nombre a un hecho creemos que cambiamos su naturaleza. Recuerda al abogado de Pinochet cuando alegó que su defendido no era un genocida, puesto que el genocidio se ejerce sobre un grupo concreto y su dictadura había matado a gente de todo tipo. Cuando un argumento es tan repugnante, realmente cuesta rebatirlo, puesto que si al interlocutor hace falta explicarle su fallo, es que su ética es tan retorcida que procesa la información de forma totalmente anormal.Las dictaduras, por tanto, son por definición terroristas y, en consecuencia, defender a una dictadura debe categorizarse moralmente exactamente igual que defender a un grupo terrorista, pues su uso de la violencia es exactamente el mismo. Por supuesto, alguien argumentará que no todas las dictaduras son igual de represivas, a lo que se puede contestar que también encontramos la misma gradación entre los grupos terroristas, no siendo todos igual de dañinos, pero no dejando por ello de ser terroristas.Finalmente, también se suele argumentar en este punto que a las democracias también se las debe caracterizar como terroristas, pues también ejercen la violencia como forma de coacción. Se trata de otra confusión interesada, pues se equipara la violencia ejercida con fines terroristas con aquella legítimamente ejercida para defender la ley, la cual, en una democracia, ha de respetar los derechos humanos y, precisamente, prohibir la violencia estatal ejercida en forma de terrorismo. Si la Ley no hace respetar los derechos humanos, entonces no nos encontramos ante una democracia y, por tanto, se trata de una dictadura que efectivamente ejerce el terrorismo como forma de control social. Al igual que en el caso anterior, la etiqueta no cambia la naturaleza del objeto: si a una dictadura la llamamos democracia, sigue siendo una dictadura, o al menos se comporta como tal.Por supuesto, los defensores de las dictaduras encontrarán argumentos para defender sus regímenes favoritos y tildar de terroristas a las organizaciones que no les son afines o también a los regímenes de signo político contrario. La misma argumentación la blandirán contra sus adversarios considerándola correcta, pero la negarán respecto a su dictador predilecto. La cámara de tortura no es de tortura cuando tortura a mi enemigo político, el cual es torturable por enemigo. Terroristas son los demás.El terrorismo parte de un hecho político muy básico, que el miedo es un eficiente método de control político. “Hobbes y Maquiavelo, como bien señala Jose Antonio Marina en su Anatomía del miedo, coincidían en que el miedo es la emoción más potente y necesaria, la gran educadora de la humanidad. El propio Spinoza advertía que es terrible que el pueblo pierda el miedo”*. Los clásicos siempre han admitido que una autoridad dictatorial se basa, en última instancia, en el miedo del gobernado. A día de hoy parece que los distintos defensores de las dictaduras han olvidado a sus teóricos más ilustres y se pueden permitir calificar de terroristas a quienes defienden, exactamente, sus mismos métodos, permaneciendo ellos libres de tal etiqueta.En definitiva, el fan de su dictador favorito, cuando insulta tan locuazmente a los demás terroristas, tiene toda la razón. El único matiz es que él es el mismo tipo de persona y que todos esos improperios le son igualmente aplicables.-------------------------------------* José Carlos Ruiz, El arte de pensar.
Hace unos días apareció por estos lares una entrevista a Javier Ruiz titulada La desigualdad no es rentable ni para los ricos. Creo que esta es una idea tan común como equivocada. Veamos si puedo exponer con claridad mi punto de vista.El entrevistado afirma que “la desigualdad no es una preocupación ni de rojos ni de pobres. No tiene sentido que haya millones de personas que no pueden comprarse un libro. Para los panaderos es rentable que la gente pueda consumir. Y para los vendedores de pisos es rentable que los panaderos ganen dinero. Y para los vendedores de yates es bueno que les vaya bien a los vendedores de pisos. La desigualdad no es rentable ni para los ricos”.Este argumento tan manido puede reformularse de la siguiente forma: a las élites dirigentes de un país, en última instancia, les conviene que dicho país sea próspero, puesto que aunque sean unas élites tiránicas y lo consideren parte de su patrimonio, precisamente por ello pretenderán engrandecer su propiedad lo máximo posible. En realidad se trata de una vieja defensa de la dictadura, puesto que se suele argumentar que cualquier tirano, por malvado que sea, obrará en interés propio, y si considera al territorio gobernado como su propiedad, entonces sus intereses personales quedarán alineados con los del populacho, pues a ambos colectivos les conviene aumentar su riqueza. Hace algún tiempo escuché a uno de los tiktokers de moda enunciar algo semejante para defender a la monarquía. Como suele ser habitual, no cejan en su empeño de declararse liberales, especialmente cuando cargan contra “papá Estado'', los altos impuestos y ese malvado estado del bienestar socialista que nos impide hacernos ricos con las criptomonedas. Curiosamente, estos liberales suelen continuar defendiendo, a renglón seguido, la militarización de la política exterior, la monarquía, la iglesia y los valores sociales tradicionales, es decir, al trinomio iglesia-corona-ejército, los tres fusiladores tradicionales de liberales. Pues bien, su defensa de la existencia de un monarca, a quien reconocía como institución no democrática y ajena a la voluntad popular, era precisamente la mencionada: al fin y al cabo, al ser un cargo vitalicio y hereditario, nos aseguramos de que sus intereses sean los mismos que los del país, ya que si uno se enriquece, el otro también.Este tipo de argumento es de una simpleza y de una inocencia abrumadoras. La otra posibilidad es que quien lo enuncie realmente considere simple e inocente (por no decir idiota) al receptor del mensaje.En primer lugar, podemos poner sobre la mesa la siempre útil estrategia de seguir con el camino marcado por un razonamiento, para ver hasta dónde nos lleva. Si admitimos que un gobernante vitalicio, hereditario y autoritario es lo óptimo porque sus intereses económicos están alineados con los de los gobernados, entonces hemos de llegar a la conclusión de que la democracia es un sistema de gobierno indeseable. Lo óptimo, por tanto, es una dictadura lo más totalitaria posible, puesto que así los gobernantes están más seguros de perpetuar su poder y, en consecuencia, tienen más incentivos para mejorar un país que pueden considerar suyo. Creo que no es necesario continuar explayándonos más, pues está claro a qué tipo de paraje nos lleva este camino; un lugar que no parece precisamente demasiado liberal.En segundo lugar, podemos recurrir al empirismo. ¿Son las dictaduras más prósperas que las democracias? La respuesta es un rotundo no.Cabe preguntarse en qué falla este argumento. Parece ser que es necesario explicar cosas que deberían ser evidentes, pero parece ser que es una tarea social cada vez más necesaria. La prioridad de una élite tiránica no es la prosperidad de sus subordinados porque:
Nuestro vecino, IanCurtis, ha escrito recientemente un artículo titulado "Sin novedad en el frente", crónica del sinsentido" class="content-link" style="color: rgb(227, 86, 20)" data-toggle="popover" data-popover-type="link" data-popover-url="/tooltip/link/sin-novedad-frente-cronica-sinsentido">"Sin novedad en el frente", crónica del sinsentido.Como suele suceder, es un placer leer un texto tan bien escrito y repleto de lúcidas reflexiones. Sin embargo, al leerlo he estado tan en desacuerdo que he creído que más que un comentario se merecía otro artículo completo. A veces, las casualidades ocurren, pues vi 1917 la semana pasada y Sin novedad en el frente ayer, justo en unos días en los que planeaba escribir algo sobre lo incorrectamente que la izquierda suele juzgar la realidad. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Veamos.Si por algo se caracteriza una buena obra de arte -o algo que se merezca llamar arte, independientemente de su calidad- es que tiene la capacidad de ser interpretado de distintas formas según quien sea el espectador o, incluso, según el momento en el que se consuma ese producto cultural. Para mí, Sin novedad en el frente muestra una cuidada ambivalencia que fomenta ese proceso. Para IanCurtis, el momento estelar de la película es Cuando un soldado pierde a casi todos sus amigos y el único colega que le queda le dice torpe pero firmemente: "Sabes que no debes pensar así. Al menos tú estás vivo" y él le responde: "No me digas eso, tú no".Es una escena cuidadosamente ambigua, porque se puede interpretar como una profunda reflexión moral, pero también como la literalidad de un soldado raso que no muestra en ningún momento especial brillantez intelectual y que habla a un compañero herido que cree que se va a morir. Simplemente, este "no me digas eso, tú no", puede ser un mensaje literal de un pobre muchacho sobrepasado por las circunstancias: no debes desanimarte porque todavía sigues vivo. Puede ser una simple expresión de camaradería.El momento cumbre puede ser otro. El protagonista expresa su mayor temor: cómo será su futuro al volver a la vida civil. Lleva dos años destripando enemigos y enterrando amigos. Lleva dos años en el infierno y lo que le aterroriza es lo que le espera al llegar la paz.¿Qué tiene esto que ver en cómo la izquierda interpreta la realidad social? El artículo cita a Camus cuando afirma que "(...) fueron sus combatientes los primeros, y tal vez los únicos, en entender el sinsentido de este infierno". El artículo concluye con un “hoy, 100 años después, no hemos aprendido nada”. La visión que todavía se tiene de la Primera Guerra Mundial es precisamente esa, la de una guerra que derivó en una matanza que no tenía ni sentido ni justificación; que es evidente su inmoralidad y que, en consecuencia, la enseñanza es que no debemos repetir algo así; que quienes no son capaces de ver algo tan claro, deben estar completamente alienados o ser totalmente imbéciles.El problema es que esta visión está muy condicionada por la tradición humanista de la izquierda occidental, aquella heredera del pensamiento ilustrado de Rousseau que defendía la bondad inherente del ser humano, el cual se comporta mal cuando el sistema lo corrompe. Es un problema porque esta visión es idealista y no realista, es decir, nos dice qué es lo que debiera pasar, pero no puede explicar por qué eso no es lo que pasa. No puede explicar la existencia de la derecha radical.Lo que debería haber pasado después de que millones de europeos hubiesen sido llevados como corderos al matadero para agotar las municiones del enemigo con sus cuerpos es que se hubiese rechazado universalmente una conducta tan inmoral. Lo que debiera haber pasado es que las justificaciones que se esgrimían para llevar a la carne de cañón al frente -patria, honor, deber, religión, nación, imperio- se hubieran revelado como lo que realmente son: pura propaganda. En eso es en lo que tiene razón la izquierda, en lo que debería haber pasado. Sin embargo, la realidad es que eso no sucedió y por eso se exclama “no hemos aprendido nada”, lo cual apunta a las consabidas explicaciones de la izquierda sobre el hecho de que la mayor parte de la población volvería a caer en los mismos errores: o que tienen el cerebro lavado para comportarse como imbéciles o que realmente lo son.No es que los europeos no aprendieran nada del horror de la guerra, es que precisamente esa guerra explica la aparición del fascismo, una ideología que considera la guerra algo positivo por naturaleza. La izquierda sigue sin comprender qué podía ofrecer el fascismo a la Europa arrasada por la Primera Guerra Mundial. Precisamente, las palabras del protagonista de la película nos lo explican. En el frente, en el ejército, en el marco de un mundo militarizado, había encontrado a una segunda familia. Había descubierto la camaradería que existe entre quienes combates juntos. Ahora, esa nueva familia que es el ejército, lo repudiaba y lo vomitaba al mundo civil, un mundo que ya no era el suyo. El protagonista, de haber sobrevivido -perdón por el spoiler- es el arquetipo del hombre que ingresaba en una milicia politizada como fueron los Freikorps. Podría haber acabado siendo un nazi y volviendo gustosamente a luchar en la Segunda Guerra Mundial, defendiendo unos valores todavía más absurdos e inmorales que en la anterior.La camaradería no es un invento literario, sino un fenómeno psicológico ampliamente estudiado. Un grupo de hombres forja unas relaciones fraternas en base al hecho de que están dispuestos a sacrificar sus vidas por salvar las de sus compañeros. Acaban percibiendose a ellos mismos como verdaderos hermanos y al ejército como su verdadera familia.El fascismo, además, ofreció una salida a unos hombres que vivían en el caos y en la pobreza de la postguerra. Se encontraron con tres discursos políticos que daban respuesta a sus necesidades. El discurso del sistema ya establecido, simplemente les proponía esperar a que el mundo se reconstruyese y sus vidas fueran como antes. Pero es difícil esperar con el estómago vacío. El segundo discurso era el comunista, que se había tornado realidad con la Revolución Rusa y que les proponía una hermandad de clase que solventaría sus penurias mediante una guerra contra los burgueses explotadores. La tercera opción era nueva y se mostraba como alternativa a la anterior: el fascismo les proponía también una guerra, pero no entre clases, sino entre espíritus nacionales. Habían luchado por el Kaiser, pero no por el pueblo. El fascismo también ofrecía una nueva estructura social y también era revolucionario ante el viejo sistema (cuestión importante que se suele olvidar). La nueva sociedad se estructuraría como lo hacen los ejércitos. Ejército y nación se fundirían. Resultaba una organización con una efectividad demostrada; la habían experimentado personalmente. También experimentaban en tiempo real como la propuesta fascista de expoliar a otros pueblos era efectiva y realista, pues las reparaciones de guerra eran su realidad cotidiana. Si el pueblo alemán estaba siendo expoliado por los vencedores, la lección era que había que vencer y expoliar a otros pueblos. Presentaba una lógica pragmática incuestionable. Apelaba a la experiencia de la Gran Guerra como positiva y hacía recordar a aquellos hombres la camaradería experimentada. Todo el país se uniría en ese tipo de hermandad y serían una gran familia. Era un proyecto atractivo para los veteranos y apelaba a la guerra como una experiencia positiva.Es ahí donde percibo cómo la izquierda sigue sin poder comprender ese fenómeno. Cuando ven a lo bélico como una experiencia que sólo un loco o un idiota puede considerar positiva. Cuando no se comprende que la extrema derecha puede presentarse como tan revolucionaria como la extrema izquierda, o cómo las ideas de nación, honor y deber pueden seguir siendo atractivas; cómo cien años después de la guerra reflejada en esta película otros jóvenes parecidos al protagonista cavan trincheras en Ucrania.En definitiva, si se quiere combatir cualquier tipo de extremismo, ha de comprenderse su lógica interna. Para eso sirve, entre otras cosas, la tan denostada Historia. Si nos quedamos con la caracterización de la masa como un conjunto de idiotas que no aprender de su experiencia, seguiremos sin comprender por qué la realidad es como es y no como debería ser.
Voy a copiar una conversación de whatsapp real, eliminando la información personal.-De verdad os creéis estas cosas?+De esta gentuza ya me creo todo. No me sorprenden ya, al cabo de estos 3 años.-Es decir, aún sabiendo que es mentira, difundo el bulo porque me caen mal.+Ojalá sólo fuera caerme mal. El asco es una fuerza mayor.Parece que lo han conseguido. La separación entre realidad y opinión ha sido finalmente dinamitada. Ya no se trata de que los bulos circulen libremente a causa de la ingenuidad de quienes creen en el transmisor o de quienes no son capaces del más mínimo espíritu crítico. La difamación ha pasado a considerarse como una acción totalmente aceptable. Elija usted un partido político, al igual que elige un equipo de fútbol. Sea un hincha, sea fiel, no cambie nunca de camiseta. Si su equipo juega mal, es cuando más le necesita: aunque no den una a derechas, siga votándoles. Usted es parte del equipo y el equipo es parte de su identidad; sienta los colores. Si alguien critica al club, le critica a usted. Sea implacable: contra el enemigo todo vale. Al fin y al cabo, en el campo de fútbol en el que se ha convertido la sociedad, todo es lícito. Si su equipo decide mentir ¿quién es usted para impedírselo? La lealtad consiste en participar. Difunda los bulos de su club, no tenga escrúpulos morales. La ética es para los idiotas. El asco es una fuerza mayor.
Por dar mi opinión...
Puede que haya un camino intermedio, como un pago que sea más simbolico que otra cosa, por ejemplo 1€ al mes. O, puestos a divagar, soluciones cooperativistas que sí son muy bien recibidas por las personas progresistas.