Cada vez que el Gobierno Vasco llega a un acuerdo con el Gobierno Central que afecta a su financiación, no faltan las críticas al Concierto Económico Vasco o al Cupo, tachándolo de injusto, insolidario o de privilegio. La última vez sucedió la semana pasada, cuando el Gobierno Vasco puso como condición para acudir a la Conferencia de Presidentes acordar un nuevo déficit público para Euskadi, que estaba fijado a petición propia en el 0%. Por el singular régimen de financiación de esta comunidad, y al igual que cualquier Estado y a diferencia de las comunidades de régimen común, una bajada en la recaudación únicamente puede cubrirse con endeudamiento público propio; algo que resultaba imposible sin modificar el déficit acordado previamente con el Estado (que al igual que éste negocia el suyo con la UE, Euskadi hace lo propio con el Estado).
Aun así, Juan Manuel Moreno, presidente de la Junta de Andalucía, se apresuró a pedir para su comunidad el mismo trato, sin tener en cuenta que dicho acuerdo no es de aplicación es su territorio. Salvo Navarra, el resto de comunidades pueden recibir (y recibirán) fondos adicionales del Estado, que los obtendrá a su vez mediante endeudamiento, para pagar los gastos y compensar los ingresos perdidos por la COVID-19 sin tener que recurrir a endeudamiento propio. Esto no es posible en el marco del Concierto Económico Vasco, en el que se establece que Euskadi se debe financiar por su propios medios.
Como se evidencia una vez más en este caso, creo que muchas de estas críticas (y defensas acérrimas) proceden del desconocimiento general sobre qué es y cómo funciona el Concierto Económico Vasco (y Navarro). Por ello, me he animado a escribir este artículo de la forma más objetiva posible para que quien esté realmente interesado en defenderlo o criticarlo pueda hacerlo con conocimiento de causa.
El texto sigue la misma estructura (y copia frases enteras) de otro bastante más largo que leí hace algún tiempo; me he limitado básicamente a resumirlo, a aportar algunas aclaraciones y a actualizar los datos. He dejado al final el enlace al texto original para quien quiera ampliar la información.
¿Qué es el Concierto Económico Vasco?
Es un acuerdo bilateral entre el País Vasco y el Estado que regula sus relaciones en materia de impuestos y finanzas y en el que se establece que el primero se financiará por su propios medios. Está vigente de forma ininterrumpida desde 1878 (142 años), con la única excepción del franquismo en Bizkaia y Gipuzkoa.
El Concierto Económico es un pacto entre iguales (se aprueba en las Cortes Generales sin que ninguna de las dos partes pueda imponer su criterio a la otra) basado en los antiguos fueros, las normas que rigieron durante siglos en los territorios vascos y que incluían, entre otros poderes, la recaudación de impuestos. Es la piedra angular del autogobierno vasco, ya que sirve para financiar con sus propios recursos las competencias transferidas en el Estatuto de Gernika.
Goza de un amplísimo nivel de consenso: salvo VOX, todas las fuerzas políticas (incluido Ciudadanos, que asumió ambos Conciertos tras sus pactos con el PP en Navarra y en el País Vasco), y los agentes económicos y sociales defienden este modelo de financiación, que además está reconocido en la Constitución y en el Estatuto de Gernika.
¿Cómo funciona?
El acuerdo establece que las Juntas Generales (los parlamentos provinciales) de Bizkaia, Gipuzkoa y Álava recaudarán, inspeccionarán y gestionarán los impuestos. Así, cada una de ellas (y no el Parlamento Vasco que solo tiene competencias en coordinación, armonización y cooperación entre los tres territorios históricos) tiene autonomía para aprobar sus propias normas sobre el IRPF y los impuestos de Patrimonio, Sociedades, Sucesiones, Donaciones, etc. al margen de lo que establezca la legislación estatal al respecto (tipos de gravamen, deducciones, colectivos o rentas exentas, etc.)
¿Cómo se reparten los ingresos entre las instituciones vascas?
El dinero recaudado por las tres Haciendas se incluye en una bolsa común de la que se deduce el importe del Cupo que Euskadi ha de pagar cada año al Estado (más adelante se explica qué es y cómo se calcula). A continuación, de la suma que queda, aproximadamente un 70% va destinado al Gobierno vasco, que paga con ese dinero los servicios que presta (sanidad, educación, servicios sociales, infraestructuras, etc.). Este porcentaje y la parte de éste aportada por cada provincia viene fijada anualmente por la Ley de Aportaciones en función del peso de cada una de ellas en la economía vasca y de su esfuerzo fiscal; de forma aproximada, Bizkaia aporta un 51%, Gipuzkoa un 33% y Álava un 16% del presupuesto del Gobierno Vasco.
Tras esta aportación, las diputaciones forales se quedan con el dinero que les reste, que suma más o menos el 30% restante de la recaudación total. De esta cantidad reservan aproximadamente la mitad para sus propios presupuestos y distribuyen el resto entre los ayuntamientos de su provincia.
Este reparto territorial de los impuestos recaudados se acuerda entre el Gobierno Vasco, las diputaciones y los municipios en el Consejo Vasco de Finanzas.
¿Cuál es el origen?
El Convierto Económico tiene su origen en los fueros, unas nomas basadas en usos, costumbres y leyes propias mediante los que las provincias vascas se gobernaron desde finales de la Edad Media hasta 1876 y que los sucesivos Reyes y Reinas de Castilla juraron respetar.
Las Juntas Generales, el principal órgano de gobierno de cada territorio histórico (que corresponden a las provincias actuales), ejercían, entre otras muchas competencias como la Justicia, la recaudación y regulación de impuestos. Así, las provincias vascas no pagaban impuestos directos a la Corona y, entre otras cosas, estaban exentas del servicio militar.
Tras la derrota de las tropas carlistas en la última de estas guerras civiles (1873-1876), el gobierno central suprimió los fueros. A partir de entonces, el País Vasco debía pagar sus impuestos al Estado y sus ciudadanos participar en el servicio militar. A su vez, fueron eliminadas las Juntas Generales y sustituidas por las llamadas «Diputaciones Provinciales», asimiladas a las existentes en el resto del Estado. En aquel momento, el problema para el Estado era cómo recaudar impuestos en unos territorios ajenos hasta ese momento a la Hacienda central, cuya economía no controlaba y en los que apenas tenía presencia.
De esta dificultad para recaudar los impuestos correspondientes en el País Vasco, nace el Concierto Económico el 28 de febrero de 1878. Así, las Diputaciones Vascas pasaron a recaudar los principales impuestos que controlaba entonces la Hacienda central: inmuebles, industria y comercio, cultivo y ganadería, derechos reales y transmisión de bienes, papel sellado y consumo de cereales y sal. A cambio, las Haciendas forales debían pagar al Estado un Cupo para colaborar con sus gastos. Esa cifra equivale a la que Madrid calculaba que podría obtener por los tributos que dejaba en manos de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa.
El Concierto fue aprobado con carácter provisional por un periodo de ocho años con la intención de establecer poco a poco la Hacienda central en cada uno de los territorios. Sin embargo, debido a problemas políticos y técnicos del Estado, y al comprobar también que el sistema funcionaba, se fue prologando y ampliando a nuevos impuestos.
Desde el principio, su aplicación resultó satisfactoria para ambas partes. Para el País Vasco porque así las diputaciones provinciales disponían de dinero propio suficiente para mantener buena parte de las competencias de sus antecesoras «forales». Pero también para el Gobierno central, que pudo limitar al máximo sus inversiones en los tres territorios (el grueso del gasto era asumido por las instituciones vascas), mientras se garantizaba unos ingresos procedentes de ellos.
El Concierto Económico se fue prolongado y ampliando hasta que en la II República se le dio fuerza de ley. Franco lo suprimió en Bizkaia y Gipuzkoa al considerarlas provincias traidoras al «Alzamiento Nacional». Al llegar la democracia, el Concierto fue restaurado en Bizkaia y Gipuzkoa y actualizado en Álava el 1 de junio de 1981 al amparo de los derechos históricos reconocidos en la Constitución y en el Estatuto de Gernika.
¿Cuándo se ha aprobado el último Concierto?
El ultimo Concierto data de 2002 y constituye el noveno de la historia tras los de 1878, 1887, 1894, 1906, 1925, 1952, 1976 y 1981. Esta última reforma, aprobada bajo los gobiernos de Aznar e Ibarretxe, le dio por primera vez carácter indefinido, aunque sujeto a posibles actualizaciones. De hecho, las Haciendas vascas han pasado a recaudar y gestionar nuevos impuestos y han ampliado el número de contribuyentes que dependen de ellas gracias a revisiones parciales posteriores.
El verdadero cambio respecto a los conciertos anteriores fue el de 1981, que estableció un modelo de relación bilateral con el Estado, incluyó la metodología para calcular el Cupo y reconoció la capacidad normativa de las Haciendas forales para regular los impuestos directos (IRPF, Sociedades, Patrimonio, Sucesiones…) de forma independiente al resto del Estado. A su vez, desde 1981, tanto el Concierto como cualquier revisión de su contenido se tienen que aprobar mediante acuerdo previo sellado por las Administraciones vasca y central, tramitándose en el Congreso por el procedimiento de lectura única, que no permite incluir enmiendas parciales al texto pactado por ambas partes.
La actualización más reciente del Concierto fue aprobada el 23 de noviembre de 2017 por el Congreso con 294 votos a favor (PP, PSOE, Podemos, PNV, EH Bildu, PDeCAT y otras fuerzas del Grupo Mixto) y 36 en contra (Ciudadanos y Compromis).
¿Qué impuestos regula?
El Concierto Económico afecta a los 24 impuestos que forman parte del sistema tributario del Estado, divididos entre los de normativa autónoma (sobre los que deciden las Haciendas forales) y los que se rigen obligatoriamente por la misma regulación que en el resto del Estado.
- Los principales impuestos de normativa autónoma son el IRPF, Sociedades, Sucesiones y Donaciones, Transmisiones Patrimoniales, Actos Jurídicos Documentados y Patrimonio. Entre los seis recaudan más del 46% de todos los tributos.
- En el caso de los indirectos, como el IVA, los tipos deben ser obligatoriamente iguales a los del Estado para que no se creen distorsiones en los precios y evitar la competencia desleal. El año pasado supusieron casi el 42% de la recaudación.
¿Qué es el Cupo?
El Cupo es la cantidad que cada año paga Euskadi al Estado tanto por las competencias que éste ejerce en exclusiva (Defensa, Asuntos Exteriores, Corona…), como por las que aún no se han transferido pese a estar reconocidas en el Estatuto de Gernika (Prisiones, Gestión Económica de la Seguridad Social, etc.). Se puede entender como un pago por los servicios que el Estado presta en Euskadi a cuenta de los presupuestos generales.
El Cupo también incluye la parte que le corresponde pagar al País Vasco por los recursos destinados a entes públicos que desarrollan competencias estatales (como AENA o RENFE, incluido el AVE), la amortización y los intereses de la deuda pública española y la aportación al Fondo de Compensación Interterritorial, es decir, al sistema de solidaridad con las comunidades con menor renta gestionado por el Estado.
Euskadi desembolsa el 6,24% del gasto del Estado en todos estos conceptos. Ese porcentaje, que fue fijado en el Concierto de 1981 y que todavía sigue en vigor, coincide con el peso que se estimó que tenía entonces la economía vasca en el conjunto de la estatal.
A la cantidad que resulta de esa operación, el Cupo bruto, hay que restarle el 6,24% de los ingresos obtenidos por el Estado mediante impuestos que no están transferidos (las tasas de los aeropuertos, las multas que cobra la Administración central y otros impuestos estatales no concertados). También se descuenta ese porcentaje del déficit estatal, para evitar que el País Vasco termine pagando dos veces por el mismo gasto estatal. El resultado es el Cupo líquido, el que se abona; en el año 2019 éste fue de 1.353,1 millones de euros (un 8,7% del total recaudado).
El Cupo se regula a través de una ley que tiene una vigencia de cinco años (la actual estará vigente hasta 2021). Esta ley establece la cantidad a pagar en su primer año de vigencia, actualizándose dicha cantidad en los cuatro años siguientes en función de la evolución de los gastos en los Presupuestos del Estado y las transferencias que se hayan producido en ese periodo. Su contenido es pactado por las Instituciones vascas y el Estado, y se tramita en las Cortes Generales por el mismo procedimiento que el Concierto Económico.
El Cupo que Euskadi abona es independiente de dónde realice el Estado sus desembolsos. Así, el País Vasco paga el 6,24% de, por ejemplo, todas las lineas de AVE del Estado, de los costes de los despliegues militares en el extranjero o de los gastos de la Embajada española en Washington.
¿Cuál es la base legal del Concierto?
Está reconocido por la Constitución Española de 1978 en su disposición adicional primera que «ampara y respeta los derechos históricos de los territorios forales» y por el articulo 41.1 del Estatuto de Gernika que señala que «las relaciones de orden tributario entre el Estado y el País Vasco vendrán reguladas mediante el sistema foral tradicional del Concierto Económico o convenios».
¿El Concierto es beneficioso para Euskadi?
Sí, tanto en cuanto le ha permitido al Gobierno Vasco disponer de recursos suficientes para desarrollar sus propias políticas y presupuestos sin depender de los fondos que disponga y reparta el Ministerio de Hacienda. Gracias al Concierto, Euskadi ha podido desarrollar su autogobierno y financiar con ellos sus amplias competencias, situando a la comunidad a la cabeza del gasto por habitante en sanidad, educación, servicios sociales y otras múltiples variables.
También ha hecho posible en las últimas décadas, una inversión en carreteras muy superior a la del resto del Estado, así como un fuerte gasto público en medidas de apoyo a la industria, investigación, lucha contra la pobreza, seguridad o impulso al euskera. Todo ello financiado con sus propios recursos.
¿Es un privilegio?
No. Es un sistema de riesgo unilateral, una especie de arma de doble filo, por el que Euskadi financia sus competencias con los impuestos que recauda según las normas que han aprobado sus propias instituciones. Si sus ingresos se hunden o le resultan insuficientes, ha de valerse por sí misma. Es decir, no puede acudir a instrumentos estatales como el Fondo de Liquidez Autonómica, que ha servido para prestar dinero a prácticamente el resto de comunidades en condiciones más favorables que las que hubieran obtenido en los mercados durante los peores momentos posteriores a la crisis de 2008.
Con sus propios ingresos, Euskadi tiene que contribuir a los gastos del Estado con una cantidad (el Cupo) que no depende de la marcha de su recaudación, sino del montante de los Presupuestos Generales que elabora el Gobierno central. Es decir, si el Estado decide multiplicar por dos el presupuesto de defensa, Euskadi tiene que seguir aportando el 6,24% asumiendo el perjuicio que ello pueda suponer a sus propias cuentas.
Un porcentaje, además, que no representa el peso actual de la economía vasca en el Estado; prácticamente desde su aprobación en 1981 éste ha estado siempre por debajo (actualmente es del 6,1%). También está muy por encima de lo que le correspondería por población (4,5%).
Es resumen, el Concierto Económico implica que Euskadi asume en exclusiva los efectos (positivos o negativos) de su propia gestión fiscal y presupuestaria. Salvo Cataluña, ninguna otra comunidad ha manifestado oficialmente hasta la fecha que quiera asumir el mismo riesgo; y, desde luego, ninguna lo hizo en 1980 en medio de una reconversión industrial con un futuro económico bastante incierto.
¿En qué se basan quienes dicen que lo es?
Básicamente, en la comparación del gasto por habitante en sanidad, educación o servicios sociales entre las distintas autonomías. Sin embargo, en esta comparación no se incluyen los recursos de la UE a la agricultura (PAC), o los repartos del Fondo Social Europeo y del Fondo Europeo de Desarrollo Regional, que aportan millonarias ayudas a otras comunidades y de las que Euskadi apenas se beneficia.
Esta crítica tampoco tiene en cuenta que dicho gasto por habitante supera la media por factores que empujan al alza sus ingresos fiscales: salarios mas altos, menor peso de la economía sumergida (17% frente al 22% del PIB) y una mayor conciencia fiscal que ayuda a limitar el fraude y favorece la eficacia en el gasto (sin ser Euskadi el oasis libre de corrupción y buena gestión que algunos sectores nacionalistas han defendido, los niveles de fraude no alcanzan los de otras comunidades donde han existido gestiones mucho más irresponsables).
¿Los vascos pagan menos impuestos gracias al Concierto Económico?
No. Si bien es cierto que la presión fiscal está por debajo de la media estatal, el País Vasco está lejos de ser un “paraíso fiscal”. Por un lado, los tipos de IRPF y del ahorro, y sin tener en cuenta los descuentos que algunas comunidades aplican al tramo autonómico de los primeros, están por encima de la media nacional para los tramos de renta más altos (49% frente al 45% y 25% frente al 23% respectivamente). Por otro lado, la fiscalidad de las viviendas y de los planes de pensiones es también más alta.
Además, en Euskadi sí se abona el Impuesto del Patrimonio, a diferencia de lo que sucede en otras comunidades como Madrid, donde está bonificado al 100% (comunidad que goza en su conjunto de las condiciones fiscales más favorables de todo el Estado). La mayor ventaja la encontramos en el impuesto de Sucesiones, que aun estando vigente en el País Vasco, si resulta menos gravoso que en la mayoría del resto del Estado.
¿Cuánto ingresa Euskadi en impuestos?
En 2019 las Haciendas vascas ingresaron 15.469,2 millones de euros (un 3,25% más que en 2018), encadenando tres años de récord de recaudación gracias a la buena marcha de la economía y del empleo. Por territorios, Bizkaia recaudó 7.995,2 millones de euros, Gipuzkoa 5.024 y Álava 2.450. El dinero recaudado por cada uno de los impuestos puede consultarse en la siguiente pagina del Gobierno Vasco:
www.euskadi.eus/recaudacion/web01-s2oga/es/" target="_blank" class="content-link external" style="color: rgb(14, 170, 116)">www.euskadi.eus/recaudacion/web01-s2oga/es/
¿Los impuestos pueden ser diferentes en cada territorio?
Sí. Como ya hemos comentado, Álava, Bizkaia y Gipuzkoa tienen autonomía para fijar las características de sus propios tributos lo que ha supuesto que, independientemente de qué partidos políticos gobiernen en cada institución, haya habido siempre diferencias. De hecho, ahora mismo con el PNV al frente de las tres Haciendas forales, hay diferencias por ejemplo en los impuestos de IRPF, Sociedades o Patrimonio.
¿En qué se distingue del modelo de las otras comunidades?
En todo. En las denominadas comunidades de régimen común, los impuestos son recaudados por el Estado, que después les transfiere los recursos con los que pagan los servicios públicos que prestan (sanidad, educación, servicios sociales...). Las competencias fiscales corresponden al Gobierno Central y a las Cortes Generales, que aprueban las normas que regulan los tributos, dejando a las autonomías un pequeño margen para retocar los tipos del IRPF, Patrimonio y Sucesiones. Pueden obtener fondos adicionales con la emisión de deuda pública autonómica (garantizada, a diferencia de la del País Vasco, por el Estado) y con la creación de impuestos propios (donde destaca Cataluña).
Es decir, no tienen responsabilidad tributaria ni asumen riesgo. Si una comunidad no puede devolver el dinero que ha pedido prestado en los mercados o si entra en quiebra por mala gestión o fraude, el Estado responderá por ella y la rescatará. De la misma forma, no tiene porque asumir el prejuicio que la eliminación de un impuesto pueda ocasionar, al poder pedir más dinero al Estado.
Por otro lado, al ser sus ingresos insuficientes para su nivel de gasto, arrastran con el Estado una deuda total que supera los 178.000 millones. Existe una generalizada demanda entre ellas para modificar el modelo vigente: todas reclaman más dinero, en especial para sanidad y políticas sociales, aunque discrepan sobre como distribuir los fondos del Estado, cuyo criterio es determinante al decidir cuántos millones pone a disposición de las comunidades y con qué fin.
¿Por qué no lo tienen otras autonomías?
Ninguna lo ha solicitado formalmente, ni está previsto legalmente que así pueda ser, ni existe el anclaje histórico que tienen el Concierto vasco y el Convenio navarro. Cataluña rechazó en 1980 el ofrecimiento en ese sentido que entonces le hizo la Administración central. En una aceptación implícita de ese error, reclamó en 2010 un pacto fiscal similar al modelo de financiación de Euskadi, que rechazó el entonces Gobierno de Rajoy.
Por otro lado, según un informe de FEDEA, si el modelo de Cupo se extendiera a todo el Estado solo cuatro comunidades dispondrían de más dinero que ahora: Madrid, Baleares, Cataluña y Valencia. Saldrían perjudicadas, por este orden, Canarias, Extremadura, La Rioja, Castilla-La Mancha, Galicia, Andalucía, Castilla y León, Murcia, Cantabria, Aragón y Asturias.
¿Cómo funciona el Convenio de Navarra?
Navarra mantiene con el Estado una relación similar a la de Euskadi a través de su Convenio Económico con las mismas competencias reconocidas que Euskadi: «En virtud de su régimen foral, Navarra tiene potestad para mantener, establecer y regular su propio régimen tributario». La formulación es idéntica a la del Concierto Económico Vasco, salvo por la palabra 'propio', con lo que se pretende resaltar que ese régimen no fue concedido cuando se implantó en 1841 (179 años), sino que modificó uno ya existente. A diferencia de Euskadi, el órgano que tiene reconocidas en Navarra estas competencias es el Parlamento Foral de Navarra.
¿El Concierto está avalado por Europa?
Completamente. El Tribunal de Justicia de la UE determinó el 11 de septiembre de 2008 que el País Vasco puede establecer en el Impuesto de Sociedades tipos de gravamen distintos a los que rigen en el Estado y que esa decisión era compatible con el Derecho comunitario. De esa forma se anulaba una vez más una sentencia del Supremo (de 2004), que había fallado contra esa facultad de las Juntas Generales. La Corte de Luxemburgo, la máxima instancia judicial europea, se basó en que Euskadi cumplía las tres condiciones para tener una fiscalidad diferenciada a la del Estado al que pertenece:
- Competencias legales para hacerlo, reconocidas por la Constitución y recogidas en el Estatuto de Gernika.
- Poder adoptar las decisiones al respecto en sus propias instituciones (Juntas Generales), sin la intervención del Parlamento español.
- Asumir con sus propios recursos la posible pérdida de ingresos derivada de una reducción de los tipos de gravamen, sin compensación alguna por parte del Estado.
¿Peligra su futuro?
En principio no. Tiene pleno encaje legal gracias a la Constitución y al Estatuto, y ha sido respaldado por la Justicia europea. Además, todos los partidos nacionales que han formado Gobiernos en las últimas décadas lo respaldan, lo que garantiza el aval de las Cortes Generales y, a excepción de VOX, cuenta con el apoyo unánime de todas los grupos presentes en el Parlamento Vasco.
Algunos partidos han utilizado recientemente el Convenio Vasco como arma electoral, planteando el argumento de que es «un privilegio» para Euskadi e insolidario con el resto del Estado. Estos mensajes han ido calado en varias zonas del país y han hecho mella en algunos barones socialistas y del PP que reclaman los mismos acuerdos que el Gobierno Vasco alcanza con el Estado sin, tal vez, tener en cuenta que en ninguna caso serían aplicables a sus comunidades. Aun así, una hipotética eliminación del Concierto Vasco requeriría cambiar la Constitución (lo que exige una mayoría de dos tercios en el Congreso, disolver las Cortes y convocar nuevas elecciones) y el Estatuto de Gernika (que solo puede ser modificado a propuesta del Parlamento Vasco); algo para lo que parece que actualmente no existe el consenso suficiente.
Conclusiones
Con todo esto, podríamos sintetizar las principales características del Concierto Económico Vasco (y Navarro) en los siguientes tres puntos:
- No se trata de una conquista de los vascos, sino de una imposición del Estado tras la derrota de los Carlistas, defensores de los fueros, en la última de dichas guerras civiles (1873-1876).
- Se trata de un acuerdo bilateral, amparado por la Constitución Española, el Estatuo de Gernika y el Tribunal de Justicia de la UE, en la que ninguna de las dos partes puede imponer su criterio a la otra; ni en el acuerdo en si, ni en la negociación del Cupo.
- Constituye un sistema de riesgo unilateral por el que Euskadi financia sus competencias con los impuestos que recauda según las normas que han aprobado sus propias instituciones, asumiendo por sus propios medios cualquier reducción en la recaudación (por motivos propios o ajenos) sin compensación alguna por parte del Estado.
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Comentarios
El concierto vasco crea ciudadanos de primera y de segunda, sin más.
No me opongo a el, pero todos los miembros de un mismo país deberían de tener los mismos beneficios y perjuicios.
Cualquier otra cosa, es discriminar (a veces en positivo a veces en negativo)
#2 Todos tenemos razones históricas para no pagar el IVA de una factura. Será por razones históricas...
Lo cierto es que a los más ricos siempre les viene bien echarse fuera de la caja común.
#3 Nadie ha dicho nada de no pagar IVA.
#4 No, hombre... era un ejemplo... Me refiero a que siempre hay buenas razones, de la época que sea, para escaquearse.
#5 Pero es que aquí nadie se escaquea.
#0 ¿es un privilegio? No.
Sí.
El País Vasco supone aproximadamente un 6 por ciento del Producto Interior Bruto, y en consecuencia, como mínimo debería aportar unos 4.000 millones de euros. El anterior cupo bruto estaba en 1.600 millones. Esta cuantía, que si se generalizase en todas las Comunidades Autónomas no permitiría ni siquiera pagar los intereses de la deuda, tampoco es lo que realmente aportan las Instituciones Forales Vascas al Estado.
Y ajustes varios que se contemplan año a año en base a apoyar a diferentes gobiernos (que luego el pnv critica, como mantener al PP o PSOE corruptos en el poder) determinan un cupo cada vez más negativo.
Es decir, desde el resto de España se paga gran parte de las estructuras del Estado de la CAV, dinero que la CAV se ahorra y destina a otras cosas. Encima la mente colectiva vasca habla de "mejor Gestión". Cosa que no es verdad.
Esto no sólo es una cuestión de autonomía, sino fundamentalmente de tener dinero para poderlo pagar.
Lo que se materializa en cuestiones tangibles, como la extensión en 14 semanas del permiso de paternidad, o la rebaja de cuatro puntos en el impuesto de sociedades a las empresas vascas. Lo que redunda en robo de empresas a comunidades colindantes, un hecho físicamente visible si vas a ciudades relevantes limítrofes de la CAV en cantabria, Burgos (Miranda de Ebro) y La Rioja (Logroño), donde pueblos minúsculos vascos pegados a ellas están llenas de empresas que se han movido a la CAV empobreciendo estas ya mencionadas regiones, ya sea por ayudas del Gobierno Vasco, menor tasa de sociedades o ambas. De nuevo, se habla de mejor gestion y no es más que una gestión desleal con sus regiones vecinas. Eh, pero luego la culpa es de Madrid.
CC #1 #2 #3 #4 #5 #6
#8 corrección, 16 semanas de paternidad.
#8 #9 Otra corrección es que el Impuesto de Sociedades es de solo un 1% menos, no cuatro como dices (24% vs 25%). Y que ha habido años (desde la rebaja de Rajoy hasta la reciente rebaja vasca) en el que ha estado por encima.
En una cosa en la que te doy la razón es que en el calculo del Cupo, ademas de los datos técnicos, entra también la negociación política. Y ahí si tira un poco para abajo. Pero, de donde sacas los 4000 millones que deberían ser? He intentado hacer cálculos con ese 6% del PIB que mencionas y no me salen por ningún lado.
En cuanto a la pregunta original, sobre si es un privilegio o no, un privilegio que nadie quiere es un privilegio muy extraño...
Pero bueno, yo creo que podría ser un modelo exportable al resto de comunidades; sobretodo porque implica mas responsabilidad de parte de los gestores. El problema con el dinero de todos es que no es de nadie, pero si es un poquito mas "tu dinero", del que depende tu gestión, seguro que lo cuidas un poco mas.
PD: Dudé si incluir ese apartado en el articulo... es el menos objetiva de todas. Mi intención solo era en realidad explicar de donde viene, en que se basa, que es y como funciona (aunque nunca tuve mucha esperanza de que la gente se leyese este tochazo, jajaja)
#10 Creo que de este artículo:
https://www.eleconomista.es/opinion-blogs/noticias/8945141/02/18/el-cuponazo-vasco-un-privilegio-imposible-de-generalizar.html
Aún así, aunque calcular un cupo correcto sea complicado, es bastante sencillo demostrar que el anterior cupo -previo al actual cuponazo pactado por el PP y el PNV, que lo disminuye en unos 300 millones- es injusto y no generalizable. Lo mínimo que tendría pagar una comunidad sería su parte en el gasto de los ministerios, unos 40.000 millones de euros, y de los intereses de la deuda, unos 28.000 millones de euros. El País Vasco supone aproximadamente un 6 por ciento del Producto Interior Bruto, y en consecuencia, como mínimo debería aportar unos 4.000 millones de euros. El anterior cupo bruto estaba en 1.600 millones. Esta cuantía, que si se generalizase en todas las Comunidades Autónomas no permitiría ni siquiera pagar los intereses de la deuda, tampoco es lo que realmente aportan las Instituciones Forales Vascas al Estado.
[...]
Según los datos oficiales del Ministerio de Hacienda (2014) la Comunidad de Madrid, la más rica, aportó más de 19.000 millones de euros a la solidaridad interterritorial, Cataluña cerca de 10.000, Valencia 1.735 y Baleares 1.516. Estas fueron las Comunidades que aportaron, mientras que el País Vasco recibió 3.387 millones, lo que supone un 30 por ciento del presupuesto de la Comunidad Autónoma Vasca. Esto no indica precisamente solidaridad en el sistema, y desde luego, mucho menos en el cálculo del cupo y de los ajustes. Como poco se puede decir que el cupo y sus ajustes están pésimamente calculados. Por supuesto, diga lo que diga el lehendakari Urkullu, esto no equilibra una aportación de 27 millones de euros en 2017 al Fondo de Compensación Interterritorial, el 6,24 por ciento de 432 millones.
Sobre la implantación de un concierto para cada comunidad, aquí argumentan por qué no es viable:
https://www.elcorreo.com/bizkaia/politica/201510/18/regimen-fiscal-vasco-examen-20151016184830.html
Sobre la extrañeza de querer un privilegio envenenado, debería animar al planteamiento contrario. ¿Por qué las comunidades más ricas quieren un concierto como el Vasco? ¡Qué misterio!
#11 Hombre, a un articulo de Ciudadanos sobre el Concierto Económico Vasco (que ya titula "cuponazo"), podría contestarte con otro del PNV defendiéndolo. Quiero decir, no es un comentario imparcial cuando Ciudadanos (antes de pasar por el aro del Concierto) ha usado Euskadi como arma electoral.
Aquí uno reciente de Urkullu y otro del Exceonsejero de Economía del País Vasco:
https://elpais.com/espana/2020-08-02/el-concierto-cuestion-de-responsabilidad.html
https://www.eitb.eus/es/noticias/economia/videos/detalle/3963490/aeque-es-concierto-economico-explicacion-pedro-luis-uriarte/
Al final parece que el problema es el calculo del Cupo (aunque esos 4000 millones sigo pensando que se los sacan de la manga), en el que estoy de acuerdo que existe mucha opacidad y que seguramente este por debajo de lo que debería. Pero tampoco nadie me ha explicado nunca como funciona el reparto del dinero entre las comunidades de régimen común.
Pero insisto, este es un sistema que premia la responsabilidad fiscal de cada autonomía. En Euskadi no cabe eliminar el impuesto de Sucesiones o de Patrimonio y luego poner la mano en Madrid para que te den mas dinero. A lo mejor por eso, y no por ser mas pobres, otras comunidades no lo piden.
#13 Superioridad étnica. Fabuloso.
#14 Repasando mi comentario no se de dónde sacas semejante chorrada, pero visto lo visto, lo dejamos aquí.
Nunca tuve demasiada esperanza en que nadie lo viese de manera diferente,
#16 Si la responsabilidad fiscal a la que aludes no depende de la realidad material, del tejido económico más pobre, entonces obligatoriamente depende de la realidad ideal. La voluntad de un pueblo de ser responsable, del espíritu del pueblo civilizado... ergo de la cualidad de la etnia, del griego ethnos: nación, pueblo o raza. Cada realidad cultural, legal e ideológica corresponde a la base material, no al contrario.
Tampoco tengo esperanza es que un idealista cambie de forma de ser. Estoy de acuerdo en dejarlo aquí.
#17 Para nada. Pero vamos, lejísimos de lo que he intentado defender. Y creo sinceramente que es bastante rastrero el comodín que has sacado como argumento.
Defiendo que la mayor responsabilidad que en mi opinión han presentado los sucesivos Gobiernos Vascos en la gestión del dinero tiene mucho que ver con la propia naturaleza del Concierto, que no permite salvaguardas a una mala gestión. Es decir, que no esta el Estado detrás para sacarte las castañas del fuego si la lías. Era uno de los puntos que quería dejar claros en el articulo, el riesgo unilateral que asumen Euskadi y Navarra.
Nada que ver con la raza, ni la etnia, ni el pueblo, ni ninguna otra paja mental del estilo. Y creo sinceramente que, si el resto de comunidades tuviese el mismo sistema, el fraude sería menor y la gestión mejoraría enormemente independientemente de la nación a la que crea pertenecer cada uno.
#18 Creía que lo habíamos dejado... pero ya te lo comenté, pensar que el Estado no va a sacar las castañas del fuego a sus nacionales, porque políticamente lo son, me resulta de lo más candoroso.
Idealismo y materialismo no son más que visiones filosóficas, así que guárdate las inferencias injustificadas, por favor.
#19 Yo también creía que lo habíamos dejado... pero ya que estamos, el País Vasco ya atravesó una crisis social y económica brutal en los 80-90 con la desindustrialización, droga a espuertas, un paro superior al del Estado y ETA poniendo bombas día si y día también y no se recurrió al Estado (ni el éste acudió en ayuda). Y no es una critica, así es el acuerdo y así hay que asumirlo. Todo el trabajo que vino después en buen aparte derivó en ser los responsables últimos de sacar a la sociedad de aquella situación. Si otras comunidades tuvieran el mismo sistema, gestionarían sin duda también más responsablemente. Y mas allá de la propia corrupción, estoy pensando en carreteras rescatadas por el Estado o en aeropuertos sin aviones. Si el riesgo lo asumiesen otros... Euskadi habría caído sin duda más veces en los mismos errores.
Por eso creo que es injusto despachar el Concierto como un privilegio sin comprender su verdadera dimensión y atacar de etnicistas a los que lo defienden (máxime cuando la defensa ni ha mencionado le nación o la raza en ningún momento).
#20 Aunque es obvio que la región con más industria protegida sufriera una mayor desindustrialización, el País Vasco pasó por la crisis que pasó toda España con la desindustrialización y las drogas ¿Quieres que hablemos de la provincia de Cádiz, por ejemplo? Porque incluso en esa década algunos estaban inmigrando al País Vasco, precisamente.
Dejando al exabrupto de ETA a un lado (precisamente en ese caso el estado no se abstuvo, otra cosa es que no te guste), sigo pensando que esa concepción de "solos ante el peligro" es muy naif.
El origen del concierto obedece a las razones prácticas del estado liberal español del sXIX (su incapacidad, aún habiendo ganado la guerra carlista), y el abrazo al mismo por la élite económica vasca, arrastrando por la vía identitaria al resto, obedece a razones muy mundanal es: beneficio económico.
#21 Si Cadiz hubiera tenido las transferencias que tenia Euskadi, a lo mejor podría haber dirigido mucho mejor su recuperación, sobretodo porque se hubiera llevado a cabo por instituciones mucho mas pegadas al terreno y mejor conocedoras de los problemas de su población. La eficacia en el gato es otro de los puntos que creo que implica el Concierto Economico.
Pero esto es lo ultimo que te respondo, me resulta muy desagradable debatir con alguien que me acusa de "simpatizante" de ETA (y no me vengas ahora con las ramas sobre lo que has pretendido o no insinuar). Yo solo lo he citado como otro factor de desestabilizacion social y económica en el País Vasco de los 80.
Argumentos finales: los vascos (al menos el 97% de la población que apoya el concierto económico) son todos unos etnicistas y una hipotética ayuda del Estado en caso de que al País Vasco le vaya mal basada en... patatas. Pues nada.
#22 Acusarte de simpatizante de ETA ... mira adiós.
#23 Como quieres que interprete esto: "Dejando al exabrupto de ETA a un lado (precisamente en ese caso el estado no se abstuvo, otra cosa es que no te guste),"
A quien no le gusta que el estado no se abstuviese en este caso?
Desde fuera da la sensación, probablemente equivocad pero la da, de que tienes cierto resentimiento hacia los vascos. Simple y llanamente.
#11 así es
Me parece genial.
Yo lo quiero para mí con mis impuestos.
Me autofinancio. Me autoregulo. Y si alguien tiene menos,que se joda, ¿no?
¿Es eso?
A los ricos siempre les mola este sistema.
#1 No, no es eso.
Más bien sería que tú, de siempre, has dependido de tus ingresos y otras cosas, diferentes a tus vecinos, porque cuando entraste a vivir en la Comunidad, era con ese pacto.
Pero un día, después de una bronca con pelea (guerras carlistas), deciden que, como mucho, tú sigues pagándote tus gastos comuntiarios... pero tienes que pagar una pequeña cuota (cupo), que en su momento se calcula según la tasación de tu piso (que, a día de hoy, estaría tasado por menos y, sin embargo, no te han bajado la cuota).
Además, quiere decir que cuando hay un gasto extraordinario, el resto de vecinos, se puede tirar del fondo de reserva de la Comunidad de propietarios, salvo tú, que te comes la derrama sí o sí.
Y con todo esto, que sí es cierto que a veces te viene bien, porque tienes un buen trabajo, pero no siempre cobras lo mismo, y ese mes te jodes, pues algunos vecinos aún se creen que eres un privilegiado.
Más o menos.
¿Por qué yo estoy en contra?
1. Todos los ciudadanos de la nación no son iguales ante la ley, por motivo de residencia.
2. Es algo naif pensar que si las tornas cambiaran, la nación no acudiría en rescate de sus ciudadanos; pensar que a las duras los ciudadanos bajo las leyes forales van a quedar desamparados es una ilusión.
Sin embargo:
3. No merece la pena ganar otra guerra Carlista. A lo mejor perderla sí, visto lo visto.
4. Muestra a los demás que es el dinero, y no pajas mentales como "el temperamento nacional" o el civismo, el norteñismo; lo que hace que se pueda mejorar los servicios públicos.
La materia presenta dos cuestiones básicas objeto de debate (más ampliado en https://elgorgojorojo.wordpress.com/2017/12/19/el-cupo-vasco-breve-exposicion-sobre-el-metodo-de-calculo/):
a) el Concierto Económico con el que se materializa el derecho de las instituciones vascas a establecer -y recaudar- sus fuentes de ingresos con los que afrontar los gastos derivados por las competencias asumidas. Este asunto, amparado por la Constitución Española, en cuanto que fomenta la autonomía y la responsabilidad me parece positivo
b) el Cupo con el que se concreta la contribución de la CCAA del País Vasco a las cargas no asumidas pero cuyo gasto soporta el Estado, aunque aprovechen a todos los ciudadanos. Sobre este particular es claro que, si no se determinan (infravaloran) correctamente las cargas no asumidas, se produce un agravio frente al resto de los españoles y, hasta ahora, el oscurantismo sobre su método de determinación hace pensar lo peor