A la gente le falla la lógica, y le falla porque quiere. Por mala leche, por partidismo, o por extrema cerrilidad.
Si eres católico, no propagas el SIDA. Porque se te prohibe el condón, pero también el sexo fuera del matrimonio. Por lo tanto, si eres católico, no te importa que se prohiba el condón, y no vas a propagar el SIDA, porque vas a tener sexo solamente con una única pareja que sólo se ha a acostado contigo.
Si hay riesgo, es que alguien ha sido un mal católico. El problema está en ti y no en la norma.
Del mismo modo, alguien de izquierdas no puede robar, porque en el mismo momento en que roba, deja de ser de izquierdas. Sólo se roba cuando se es de derechas, y el propio acto, instantáneo, de meter la mano en la caja, te convierte en un derechista.
Por tanto, los católicos no trasnsmiten el SIDA y los izquierdistas no son corruptos. Se trata de un imposible metafísico basado en la transmutación instantánea de la fe y las ideologías, instantes antes de meterla. La polla en ajena cavidad. La mano en ajena caja.
Es pura lógica.
Es pura teología.