Hace 7 años | Por doctoragridulce a yorokobu.es
Publicado hace 7 años por doctoragridulce a yorokobu.es

El asesinato de un bebé es un suceso aberrante para cualquier «persona normal». La muerte de un político, por poner un ejemplo, puede ser motivo de duelo para unos y de alegría para otros. El asesinato de un bebé se archiva y se olvida. La muerte de un político corre la misma suerte de olvido; sin embargo, generan rencores entre detractores y seguidores. Una prueba de que las redes sociales tienen gran parte de culpa de que las opiniones (ajenas) sobre la noticias molesten más que las mismas noticias.

Comentarios

u

Una forma de adaptación sería que nuestra capacidad para ignorar a los demás aumentará exponencialmente. ¿A alguien más le pasa que cada vez más le importe tres pimientos lo que opinan los demás?

Barquero_

#1 Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel. Es la invasión de los idiotas" - Umberto Eco -

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#2 ¿entonces los idiotas no tenemos derecho?

D

#4 Ese es el problema, que si tienes derecho. Rajoy también tiene derecho a ser presidente.

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#4 Yo soy idiota, tengo ese derecho y lo ejerzo, pero al mismo tiempo soy consciente de que mis idioteces son mias, no me molesta que la gente piense que son idioteces y no suelo pensar que los que piensan que son idioteces sean seres inferiores que deben ser exterminados.

Barquero_

#4 Si, en el bar.

e

#9 pero es que en mi barrio estan cerrando todos, ya no sacan ni pa pagar la luz, por eso los idiotas estamos por las redes y MNM

kampanita

#1 A mí personalmente me la suda todo.

maxxcan

#1 estoy contigo. Antes me gustaba meterme en Menéame y leer los comentarios de la gente. Ahora como mucho leo un par de comentarios y sigo a lo mío.

M

Clave está en que se debe separar la opinión, de una aportación de información o una critica constructiva. La mayoría quiere dar su opinión porque le parece importante, es raro que alguien vea lo suyo “feo”, pero en el fondo aporta poco al resto.