La investigadora Riemer-Sørensen trabaja en aplicaciones de IA que operan localmente, sin necesidad de grandes centros de datos.  Este tipo de IA, más ligera y especializada, consume mucha menos energía que los modelos de lenguaje generativo como ChatGPT, y se orienta a resolver problemas reales en sectores de alto impacto ambiental. El hecho de que plataformas como ChatGPT sean gratuitas para el usuario final genera una percepción equivocada: la de que su uso no tiene consecuencias. En realidad, el coste ambiental es significativo y se acumula  
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