Hay muchas utilidades que se le puede dar a un tercer brazo, pero pocas se me ocurren más divertidas que destrozar paredes a base de puñetazos. Unos investigadores canadienses han creado un exoesqueleto que se ajusta a la cintura del usuario y le ayuda coger objetos o realizar otras tareas del día a día.
Comentarios
Todos sabemos como acaba la cosa:
Y se supone que eso aumentará la productividad?
Si la persona que lo lleva no se cae de milagro.
Entré pensando en Simone Giertz y veo que es un proyecto serio, vaya chasco.