En 1992 los activistas  Keith Kjoller y Peter Lumsdaine, integrados en una autodenominada Brigada Sarah Connor, consiguieron introducirse en la empresa Rockwell International de California donde se estaban fabricando los satélites  para el sistema de posicionamiento GPS. Los activistas encontraron nueve satélites en la cadena y los atacaron con hachas de leñador causando graves daños. Ambos fueron  condenados por destrucción de propiedad federal. Preguntados hoy dicen que los drones orientados por GPS son el ejemplo de lo que ellos avisaban.  
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