La narrativa de varias empresas de IA es clara: el profesor humano es un cuello de botella. Cada uno de ellos atiende a muchos estudiantes, sus conocimientos son limitados y su disponibilidad finita. La IA, aseguran esas empresas, plantea una alternativa notable. Profesores personalizados 24/7 con paciencia infinita y acceso a todo el conocimiento del mundo. Hay un problema claro: ese mensaje devalúa la función del docente como guía, mentor y catalizador de la curiosidad y lo reduce a un mero transmisor de información.
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CEODirector Ejecutivo, ya está bien de los spanglish cutres, pero claro... El algún lado hay que enchufar a los vendehumos.Por otro lado, en los idiomas, la gramática, el vocabulario y el contenido lingüístico en general no lo es todo, el factor cultural y humano es importantísimo y no veo a una IA contando una anécdota de un malentendido lingüístico gracioso para que los alumnos estén… » ver todo el comentario