La plataforma, utilizada ampliamente en todo el mundo bajo la promesa de ofrecer privacidad, se ha convertido en un centro de reclutamiento de saboteadores, donde las misiones que se asignan a estos jóvenes son cada vez más peligrosas, según Naciones Unidas. A través de canales discretos, los adolescentes reciben tareas específicas —como quemar un vehículo o colocar un artefacto— a cambio de una cantidad específica de dinero.