A principios de los setenta, Stanley Kubrick tenía Hollywood a sus pies. Había encadenado tres trabajos de gran relevancia: Teléfono rojo, volamos hacia Moscú, 2001: Una odisea del espacio y La naranja mecánica. Sus obras, no exentas de polémica, habían impresionado a crítica y público. Era un autor diferente, una voz propia capaz de generar interés solo con su nombre, y Warner Bros. se frotaba las manos pensando en su siguiente proyecto que, como era habitual por su rechazo a la prensa, se mantenía en secreto.
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Considero que es de las mejores de Kubrick.
Ahora, por eso es la película más galardonada de Kubrick (y con razón), aunque en el titular confundan diciendo que es la más infravalorada.
Y cuántos planos inolvidables: cuando le echa el humo en la cara a su esposa, cuando le roban en un camino con exquisita educación, cuando habla con la campesina germana a la luz de unas velas...
Y personalmente me da una gracia especial ver a Leonard Rossiter poniendo esa cara de gilipollas que tan bien ponía en "Caída y auge de Reginald Perrin".
Una gozada de película, vaya.
No al menos de forma tan explícita y flagrante dado que, de ese modo, te muestras precisamente como niegas ser.
Dejemos de asumir que todo vale.
Desde luego que no me defraudó ni un ápice. Soberbia.
Es difícil que la actual generación sea capaz de tan siquiera verla, acostumbrados a ver los vídeos a 1.5x.
La escena del juego de cartas donde se conocen, el lenguaje corporal, la respiración de ambos, la mirada del reverendo/cura/ como se llame, la respiración cada vez más agitada de ella, su salida al balcón, el lenguaje corporal cuando percibe que él está allí, el beso, cómo se mueven las plumas con la brisa nocturna…brutal. Y sin cruzarse una sola palabra.
Solo la compañía de Schubert y su Piano trio No 2.
Una maravilla.
Por si alguien quiere recordarlo:
www.youtube.com/watch?v=KT7IYpjcpD4&pp=ygUVYmFycnkgbHluZG9uIHNjaHV
Lo he contado alguna vez, mis abuelos fueron de los primeros en tener Canal + porque tenían toda la parafernalia del contador de audiencias. Así me vi películas en aquella época que se me quedaron para siempre, desde Barry Lyndon a Misterioso asesinato en Manhattan pasando por Un mundo perfecto. Así era después en el insti un bicho raro
Además, el protagonista tiene toda la humanidad y defectos posibles. Lo difícil es no verse reflejado en el!
Y la fotografía es la mejor de la historia del cine.
Por 3 leuros (lo siento hace muchos años que no tengo pc para piratear
Es justo lo que hace Kubrick con Barry Lyndon, El personaje que es a la vez héroe y villano en si mismo y para si mismo.
Pocos personajes más humanos hay.
Pertenece a una época en que ir al cine era la principal opción de ocio para millones de personas y los beneficios de taquilla podían ser gigantescos.
No sé si hoy día a Kubrick le aguantarían tanto sus chorradas de genio insufrible, como repetir tomas hasta la extenuación, tener a una estrella durante meses "de guardia", esperando sin hacer nada, porque quizás el señor quiera rodar alguna escena con ella al día siguiente, incluso en navidad...