Hace 8 años | Por Pandadeladrones a cookingideas.es
Publicado hace 8 años por Pandadeladrones a cookingideas.es

Si aspiras a organizar la entrega de los Premios Óscar debes tener una cosa clara: no repetir la pifia que cometió Allan Carr en 1989. Si después del evento sabes que Disney no ha presentado ninguna demanda contra la Academia estadounidense por tu culpa y no te consta que un grupo de reputados cineastas se haya puesto en pie de guerra por considerar una “vergüenza” televisiva tu trabajo, entonces habrás logrado el objetivo.