Este cambio transforma por completo la forma en la que las personas interactúan con el buscador más utilizado del mundo y, de paso, pone en jaque al modelo clásico de posicionamiento y monetización de contenidos. El ocaso del SEO tradicional. El SEO deja de tener sentido tal y como lo conocíamos. Las páginas web ya no compiten solo por estar en el “top 3”, sino por ser directamente utilizadas como fuente en las respuestas de la IA. Incluso si esto significa que el usuario nunca llegará a visitar un sitio web.