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Windows 7 tardaba 30 segundos más en cargar si el fondo de pantalla era sólido en vez de una imagen
Ahora que Windows 7 duerme el sueño de los justos (o debería) se ha desvelado un curioso bug que habrá hecho perder millones de horas a gente de todo el mundo hasta que se corrigió: el proceso de arranque era 30 segundos más lento si se elegía un color de fondo sólido en vez de una imagen. Según cuentan, el fallo estaba en que para construir la imagen del escritorio (barra da tareas, iconos, etc.) se esperaba al OK de la imagen cargada, lo cual era en realidad muy rápido. Pero alguien olvidó incluir ese OK si no se elegía ninguna imagen.
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