A Crespo y a unos cuantos compañeros se les ocurrió, para tener acceso a la mayor cantidad de juegos posible, asociarse y abrir un establecimiento llamado OneWay Software en el que se ofreciera alquiler de videojuegos de manera similar a los videoclubes tan populares en 1985 en un segundo piso de la calle Montera, porque era más barato que alquilar un local a pie de calle. En poco tiempo se formaban colas en las escaleras que llegaban hasta la calle de gente que quería alquilar juegos.
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lío, pero las toco sin mirar el mástil.
El UT99 siempre me gustó más que los siguientes.
Compré una para mi sobrino, que había que recoger en persona (obviamente para dificultar chanchullos), y mandé a mi madre a por ella. Uno de los chavales de la tienda la acompañó al coche.
Lo único que la de la Vaguada en Madrid está petada siempre.