Nunca pensé que aquellos dos fueran amantes, simplemente me negué a ser testigo de su cortejo. Cualquiera puede enredar las piernas con esa persona a la que, en principio, solo unos cuantos matices pueden unirlos. Todo es mucho más fácil con el sexo de por medio, con las ganas y el hambre de carne fresca desconocida y sabores que ni imaginas.