Publicado hace 3 años por --641639-- a vamonosalbable.blogspot.com

Encuentro una tremenda curiosidad que ocurría en Celaya hacia 1838, según lo relata el geógrafo y etnólogo austriaco Isidore Löwenstren en su libro México, memorias de un viajero. "Celaya está a doce leguas de Querétaro. Bajé al mesón situado sobre la plaza pública. Ahí ocupé un cuarto en el primer piso, de donde disfrutaba de una vista extendida sobre las montañas que rodean la ciudad, al mismo tiempo que veía bajo mis ventanas el mercado, donde numerosos frutos europeos, tales como duraznos, uvas, peras, estaban instalados".

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squanchy

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