Hace 2 años | Por pinaveta a noticiasdelaciencia.com
Publicado hace 2 años por pinaveta a noticiasdelaciencia.com

Conocer lo bastante a fondo la forma en que el cerebro dirige hacia sí mismo la energía que necesita puede ayudar a determinar qué es lo que va mal en dolencias como la enfermedad de Alzheimer y otras demencias comparables, en las que un flujo sanguíneo inadecuado es un factor de predicción del deterioro cognitivo. Si el cerebro no recibe sangre donde la necesita y cuando la necesita, las neuronas sufren y, con el tiempo, se deterioran, lo que acaba provocando una merma de facultades mentales, incluyendo problemas de memoria.