Hace 1 año | Por Arariel a wagnermania.com
Publicado hace 1 año por Arariel a wagnermania.com

Desde la cuarta cuerda de treinta y dos violines, en su sosegada y majestuosa simplicidad, emerge, tras un La bemol mayor, el primer motivo de Parsifal. La música, lenta y misteriosa, parece surgir de todos y cada uno de los rincones de la sala. En el Teatro de la Colina Verde el tiempo empieza a convertirse en espacio, es la magia del Grial: lo que no se dice, hacia donde no conduce ningún sendero y que sólo puede obtener aquél a quien él mismo haya elegido.

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