'Piquito Torcido'. Así llamaba David y su familia a un ave que le costaba alimentarse, precisamente por ese defecto que tenía en su boca. «Era una paloma a la que, por su minusvalía, le ayudábamos, dándole de comer en nuestra ventana», apunta este vigués afincado en Valladolid. «Hemos tenido algún desencuentro con el vecino de abajo por este tema, y ayer, al llegar del trabajo, me encontré esta escena tétrica de una paloma colgada de su ventana. Hice un gancho con una extensión para descolgarla de ahí y cuando la recogí del suelo, pude...».
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