«El Sur», escriben los Sublettes, «no solo producía tabaco, arroz, azúcar y algodón como mercancías para la venta; también producía personas». Los esclavistas llamaban a la crianza de esclavos «crecimiento natural», pero no había nada natural en producir esclavos; requería una gestión científica. Thomas Jefferson se jactó ante George Washington de que el nacimiento de niños negros aumentaba el capital social de Virginia en un cuatro por ciento anual. Así funcionaba la industria estadounidense de cría de esclavos.
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Dicho esto, insisto en que durante la Rebelión de los Negreros se quedaron cortísimos los generales Sheridan, Sherman, Turchaninoff, y Grierson. En particular fue una pena que no se aplicase de manera general la Orden nº 15 de Sherman:
www.zinnedproject.org/news/tdih/special-field-15/
Una joya de la época que relata perfectamente la crianza de esclavos.
Algo fuerte para nuestras tiernas cabezas pero una gran lección.
El día que África pueda tomarse la revancha contra occidente...
Y la pregunta es, ¿por qué un ser vivo (animal o planta) con sistema nervioso va a tener más derechos que uno sin? ¿Por qué esa diferencia? ¿Es nerviosismo? (como especismo, pero clasificando animales con nervios o sin nervios)
A la hora de explotar y asesinar seres vivos, los vegetarianos y demás subconjuntos adolecen de una hipocresía infinita.
Una lechuga y una bacteria no pueden sentir, no pueden sufrir. Un caballo sí.
¿En serio hacía falta explicarlo? ¿Ahí está el nivel?
Por lo que facilitaban el apareamiento o el establecimiento de parejas entre "ejemplares de calidad".
Pista: sistema nervioso central.
Que sí, que diferencio entre personas y animales en cuestión de dignidad, derechos, y todo lo imaginable.
4.000 años de antropocentrismo van a ser difíciles de cambiar, cuando además aún una parte interesante de la población sigue teniendo amigos invisibles que supuestamente los hace especiales sobre el resto.
Somos una especie bastante mediocre a nivel individual, por suerte, algún individuo más brillante nos salva de ser poco más que nuestros primos los chimpancés. Y somos una especie muy, muy poco ética.
No recuerdo si fue el primero o el segundo