La profesional le comentó a Antonio que trasladarían a la joven al Hospital Provincial de Pontevedra. «Porque ahí es donde se encuentra la unidad de Psiquiatría, pero la de adultos. Y al llegar allí, la psiquiatra le preguntó si se quería quedar ingresada o no. Mi hija le dijo que no, y ella contestó: ''Ah, bueno, pues te doy el alta". Imaginen la impotencia».
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