La presunta trama de la Operación Taula, vinculada al PP valenciano, creó un ranking de empresas estructurado en función de su mejor o peor disposición a pagar comisiones a cambio de contratos públicos, según fuentes de la investigación. Los empresarios que se resistían pasaban a los últimos puestos de la fila para recibir adjudicaciones. La red cobró, entre otras mordidas, 600 por obras en colegios. Varios cabecillas tuvieron los teléfonos pinchados durante meses.