Hay que aclarar primero que si hay poca gente que conoce a las grandes leyendas de este noble arte (hay tratados antiguos que lo llaman así) no es porque sea una actividad reservada a unos pocos, sino porque el éxito en este deporte es efímero. El pico de prestaciones que uno necesita para vencer de manera consistente no dura mucho. En las alturas de la alta competición, los reflejos no se pueden compensar con técnica, puesto que esta última ya se le supone a todos los que llegan a una semifinal de un campeonato. La experiencia es un grado, sí;