Construida por el general romano Marco Licinio Craso, la muralla se extiende 2,7 kilómetros (1,7 millas) y sirvió como una línea de defensa crucial durante una de las revueltas de esclavos más importantes de la historia romana. La muralla recién descubierta , que probablemente formaba parte de una extensa red de fortificaciones, es una joya estratégica. Los investigadores afirman que no solo discurre junto a un profundo foso militar, sino que también presenta una pronunciada curva en un punto, formando una L, lo que facilita su defensa.