En marzo de 1642, la reina Enriqueta María (1609-1669), esposa del rey Carlos I de Inglaterra, viajó a los Países Bajos en una misión secreta, y uno de los barcos que transportaba el equipaje de la familia real naufragó en el mar de Frisia por razones desconocidas. Casi cuatrocientos años después, unos buzos divisaron un cofre en el fondo del mar. Una vez que lo sacaron a la superficie, examinaron su contenido y se dieron cuenta de su importancia. Se trataba de vestidos casi intactos y otros objetos de lujo de la corte de Enriqueta.