El Lago Eyre es probablemente una de las mayores exageraciones toponímicas de la geografía mundial. Llamar lago a una tierra árida y sedienta que recibe algo de humedad una vez cada varios años es toda una hipérbole. Cada medio siglo o así, la lluvia permite que el suelo seco y salado se cubra de agua hasta donde alcanza la vista, y entonces sí es un lago, pero el resto del tiempo es una parte más del desierto que le rodea. Y en ese desierto en medio del ya de por sí desértico Outback australiano, alguien fue tan audaz como para establecer (..)