Libertad de expresión

#1: «(por si alguien no lo entiende): Traducción, por si alguien todavía no lo ha entendido: 1.- Anuncio de servicio público: el derecho a la libertad de expresión significa que el gobierno no puede arrestarte por lo que digas. 2.- No significa que los demás tengan que escuchar tu mierda o recibirte mientras la compartes. 3.- La primera enmienda no te protege de críticas o consecuencias. 4.- Si te gritan, te boicotean, ves tu espectáculo cancelado, o te expulsan de una comunidad de internet, tu derecho a la libertad de expresión no está siendo violado. 5.- Es tan solo que la gente que te escucha piensa que eres un gilipollas. 6.- Y te están indicando dónde está la salida.»

#3: «#2 Y los supuestamente progresistas que se pasan el día quejándose de que aquí se censuran noticias que no son mas que basura adoctrinadora de una ideología que de progresista, con suerte, tiene solo la etiqueta. Aquí hay para todos, incluido el que ha tenido el atrevimiento de venir a dar lecciones a los demás publicando esto.»

#2: «Todos los usuarios de derechas de Menéame (y de internet en general) deberían pasarse por aquí y leer esto, en vez de quejarse de la SENSURA cuando la gente tira a la basura sus panfletos racistas y neonazis.»

#10: «#8 El Notame es irrelevante, es un grupúsculo de marginales que publican notas que la mayoría de las veces consisten en aburridas e insignificantes historias cotidianas que no les interesan ni a sus gatos. Lo que habría que valorar para elegir a los meneantes y al Comisario Cultural son los comentarios más brillantes de los foreros que debaten sobre temas verdaderamente importantes, y a exitosos artículistas con avatares de animales (de felinos... por ejemplo).»

#6: «#0 Supongo que la pancarta es a propósito de las cosas de los supremacistas (tiene pinta de ser useña). El problema que veo es que, como comenta #3, eso esta bien, mientras la mayoría no sea nazi. Por eso creo que lo mejor sería que sólo tuviera derecho a menear una pequeña élite ilustrada, que sería la que elegiría de forma democrática a un Comisario Cultural que, en último caso, decidiría sobre el contenido.»