La doble demagogia sobre el colegio de los hijos de Pablo Iglesias y las cuentas de Canal Red

Varios medios vinculados a la derecha han publicado que Pablo iglesias matriculó a sus tres hijos en un exclusivo colegio privado cuya matrícula individual cuesta 500 euros, y ello pese a las durísimas críticas que, ya en la etapa posterior al corte de su coleta y la fundación de Canal Red, seguía realizando contra los padres que obraban así www.ondacero.es/noticias/sociedad/giro-pablo-iglesias-criticar-colegio

Ante esto, los viejos argumentarios han vuelto a activarse con su cansino traqueteo. Unos dicen que la derecha exige a los líderes de izquierdas vivir debajo de un puente y ser pobres de solemnidad. Otros destacan la hipocresía de Iglesias al gastarse grandes sumas de dinero en lujos que no están al alcance del ciudadano medio, mientras hace poco las criticaba públicamente. Mi postura es matizada, y la explicaré a continuación.

Siempre admiré a Marcelino Camacho por vivir en un séptimo piso de un bloque sin ascensor en un barrio obrero. No lo hacía por alardear de coherencia o ganar popularidad (murió en ese piso muchos años después de dejar el sindicalismo). Lo hacía porque le salía de dentro. Si soy clase trabajadora, vivo con mi gente, porque si de verdad estoy comprometido con ellos, no tiene sentido que disfrute de cosas superfluas mientras ellos lo pasan mal. Si mi mayor sueño es la justicia social, lo lógico es que le dedique mi vida y la parte de mi patrimonio que no me resulta esencial para vivir digna pero humildemente.

Yo no pido tanto a los actuales líderes de la izquierda. Les pido que vivan como clase media. Que no es vivir debajo de un puente (o en el piso de Marcelino) y, a la vez, tampoco es vivir en un chalet exclusivo o gastarte 1500 euros en el cole de postín de tus hijos. Si el currante medio gana unos 2000 euros al mes, vive con eso y vive entre tu gente, en un barrio normal rodeado de vecinos. Y ello por tres razones.

La primera es la coherencia: si tanto me importa el bienestar de mi gente y tanto se me llena la boca al repetirlo, debo estar al pie del cañón con ellos, ser uno más y no contemplarlos desde mi lujosa atalaya.

La segunda es aún más importante: la conexión emocional con el votante. Mucha gente vota con el corazón, y sentirá simpatía y empatía a raudales hacia quien comparte espacios, cuitas y facturas de similar cuantía con ella. Y, sobre todo, no sentirá ese desprecio inevitable (yo lo siento) hacia el político que, antes de empezar su carrera, vivía en un piso humilde y, tras su paso por la política, vive como Dios aprovechándose de las oportunidades que ello le ha dado. Los del "¿Lo veis? Todos son iguales" lo tienen muy fácil para desacreditarle.

Y la tercera es específica del caso Iglesias. Pablo pide perras asiduamente. Para el bar, para el Canal Red...y es poco coherente pedir dinero a un obrero de Vallecas mientras tú vives como un nuevo rico...¿con el dinero que le has pedido? Hace unos meses escribí un artículo sobre lo sospechoso que resulta que Canal Red no haya presentado en el Registro Mercantil sus cuentas de 2023 y de 2024 (vamos, que no las ha presentado nunca desde que Pablo Iglesias tomó el control de la sociedad tras la marcha de Roures a comienzos de 2023) www.meneame.net/m/Artículos/cierto-canal-red-incumple-deber-legal-pre

Como soy malpensado, creía que unos elevados beneficios de la sociedad o un sueldazo astronómico de su administrador único (Iglesias) podían ser las causas de esta ocultación, pues si los donantes se enteran podrían dejar de poner pasta. Ahora lo creo todavía más.