De un tiempo a estar parte, bajo este prisma actual tan hipercrítico con nuestra propia cultura, se han popularizado una serie de relatos acerca de la conquista de América que describen a los conquistadores españoles como genocidas y auténticos bárbaros. Incluso hemos llegado a ver políticos y personalidades famosas pedir perdón por las atrocidades que cometieron nuestros antepasados.
En este artículo, sin tratar de dar una imagen idílica ni patriótica de nosotros, intentaré plasmar una realidad diferente. Para ello, he pensado que qué mejor manera que sea un mismísimo mexicano en el que me pueda basar para poder otorgar esta diferente versión de los hechos. Por supuesto, como siempre digo, no pretendo sentar cátedra del asunto, ni mucho menos, simplemente deseo aportar una visión más comprensiva de lo que fue la conquista. El autor en cuestión es Antonio Rubial García y me basaré, especialmente, en esta conferencia , para redactar gran parte del artículo.
Creo que, antes de nada, debemos empezar quitándonos una culpa de encima. No somos más malos que nadie (ni tampoco más buenos). Cuando los españoles llegamos a América, no llegamos a un paraíso donde todo era paz y bondad y nosotros lo pervertimos. Llegamos a un lugar que estaba mucho menos desarrollado tecnológicamente que Europa, pero en el que había seres humanos como nosotros, con ambiciones, odio, poder, crueldad, etc. Cuando los españoles llegaron, las sociedades precolombinas ya conocían el arte de la guerra:
Realizaban https://es.wikipedia.org/wiki/Sacrificios_humanos_en_la_Am%C3%A9rica_precolombina#:~:text=Adem%C3%A1s%20de%20la%20extracci%C3%B3n%20del,rayamiento%C2%BB%20(lucha%20ritual)." target="_blank" class="content-link external" style="color: rgb(14, 170, 116)">sacrificios humanos:
Realizaban canibalismo por motivos religiosos:
Existía la esclavitud:
Había estratos sociales:
Habían desarrollado variedad de armas:
Eran más astutos de lo que pensamos. Como dice Miguel Anxo Bastos:
Ustedes imaginen que llega aquí un señor que les da una cosa que para ustedes es imposible de construir, como un espejo (…) o una cuenta de cristal; en cambio, el oro estaba tirado en el suelo, en los ríos… Era una cosa que no le daban gran aprecio. ¿Por qué hay un robo ahí? ¿Quién ganaba? El indio pensaba: ‘estos españoles son idiotas. Me dan una cosa tan complicada por una piedra que está en el suelo’. Ambos pensaban que ganaban, y ambos ganaban, porque a uno le sobraba el oro, que no le valía para nada, y al otro le sobraban las piedras y los espejos (…) que el indio no era capaz de hacer.
En definitiva, eran seres humanos con sus cosas buenas y malas, como todas las sociedades. Y los que llegaron allí no eran ni mejores ni peores que ellos, simplemente eran personas provenientes de una sociedad más evolucionada. Es por ello que no tiene sentido que una persona del 2021 pida perdón; en primer lugar, porque ella no estuvo allí, y solo se puede pedir perdón cuando alguien se siente culpable de algo, y nadie es culpable de cosas que ocurrieron siglos atrás; en segundo lugar, porque, como acabamos de decir, aunque se pudiesen hacer cosas malas, las personas que llegaron a América no llegaron a un paraíso pacífico; y, en tercer lugar, como siempre digo, no podemos juzgar el pasado con los ojos del presente. No tendría sentido que un mexicano pidiera perdón por el canibalismo o los sacrificios de sus antepasados, por mucho que ahora le parezca repugnante.
Así que, liberados de toda culpa, y asumiendo que es imposible saber con exactitud qué es lo que ocurrió allí, vamos a tratar de analizar qué cosas fueron las que sucedieron y cómo:
En primer lugar, debemos entender que la conquista de América fue un fenómeno muy complejo que no puede ser reducido a “llegaron unos locos, nos conquistaron, nos robaron y nos masacraron”. La conquista era algo inevitable, y si no hubiesen llegado los españoles, hubiesen sido los franceses, o los ingleses o los holandeses… Rubial enumera tres motivos por los que se dio la conquista:
1) La expansión comercial:
La expansión comercial, crediticia y sobre todo, de apropiación del principal medio que tenían los europeos de intercambio que eran las monedas de metales preciosos.
2) La formación de un imperio con pretensiones universales:
Occidente, desde el Imperio Romano, se manejaba en estos términos “universales”. El Imperio Romano había dominado todo el mediterráneo. En algún momento perdió sus posesiones por la invasión islámica. En occidente las invasiones germanas terminaron por disolver este antiguo conglomerado y unidad multicultural que era el Imperio Romano. Pero la idea imperial siguió viva en Europa (…) cuando Carlomagno (…) trató de reconstruir ese Imperio Romano con esta idea y fracasó. El imperio de disgregó y se dividieron en monarquías. (…) Sin embargo, la idea imperial siguió viva. (…) En esta historia del mundo vamos a asistir a procesos de universalización y procesos de regionalización. La universalización se da a partir de grandes unidades imperiales que crean unidades lingüísticas, de administración, unidades en las cuales el tránsito de mercancías es bastante seguro. Los imperios hacen guerra pero también producen paz. (…) Esta idea imperial va a consumarse en el siglo XV con Carlos V. (…) América se inserta en esta idea de “imperio universal”.
3) La religión católica:
El cristianismo igual que el islam son religiones con pretensiones universales. Son consecuencia de un monoteísmo muy circunscrito al pueblo judío que se expande a toda la humanidad. La gran aportación de estas dos religiones hijas del judaísmo es que consideran a la humanidad como una. Antes de esto no existe la idea de humanidad. Los romanos se sienten romanos y los griegos, griegos. (...) Cada pueblo se siente el ombligo del mundo. (…) Cuando surge el cristianismo y el islam surgen como religiones que pretenden que toda la humanidad debe salvarse, en sus términos, y esa salvación les va a venir si reciben su mensaje. (…) Cuando la iglesia católica está en un momento de crisis por la reforma protestante (…), en ese momento, aparece América, que se ve como la solución a este dilema. Los indios americanos van a llenar los espacios celestiales que han dejado los protestantes y todos los enemigos de la fe. (…) Es una idea también muy combativa: Dios es un Dios de los ejércitos, y las fuerzas del mal están luchando contra las fuerzas del bien. Las fuerzas del mal están representadas por los herejes (…), musulmanes e idólatras. (…) Cuando en América se descubre que los indios son idólatras, es decir, veneran a satanás, la cruzada contra satanás se prolonga en América y parte de la evangelización tiene que ver con esto.
De modo que, según Rubial, estos tres factores son los que van a determinar que el objetivo se ponga en América y sea Occidente el imperio que se vaya a imponer en la Tierra.
(La conquista de América (2º y última parte: los mitos de la conquista)