El estudio, publicado en npj Climate and Atmospheric Science, analizó los efectos físicos —más allá del secuestro de carbono— de plantar árboles en distintas latitudes. En lugares cálidos y húmedos, como la Amazonía, el Congo o el sudeste asiático, los árboles crecen todo el año, liberan más vapor de agua y enfrían más. En cambio, en zonas frías o secas, el efecto puede ser el contrario: aumento de temperatura local por absorción solar y menor evapotranspiración. Además, el vapor de agua generado favorece la formación de nubes, lo que reduce la
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