"Los genes no causan epidemias. Pueden generar vulnerabilidad. Se necesita una toxina ambiental", dijo Kennedy, sin aportar pruebas ni exposiciones científicas, en declaraciones recogidas por NBC News. Aunque los expertos atribuyen este auge a una mayor concienciación y vigilancia del trastorno, Kennedy desestimó estas evidencias y culpó a factores ambientales de esta "enfermedad prevenible". "Sabemos que es una exposición ambiental. Tiene que serlo", insistió.
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