Ucrania: ¿Alto al fuego el 20 de Abril y paz el 9 de Mayo?

Ese es el rumor hace semanas, y quiero dejarlo por escrito. Espero acertar, aunque no tenga mucha confianza en esos rumores, procedentes de viejas fuentes. Demasiado viejas para que pueda darles total credibilidad, pero es cierto que son mejores que la bola de cristal de la bruja Lola.

Los términos de la paz, después de la bronca de hoy entre Trump y Zelensky, ya nos los podemos imaginar. Se le van a quitar las sanciones a Rusia, que se va a quedar con un trozo aún discutible del territorio ucraniano. Con suerte para Ucrania, sólo será lo conquistado hasta esa fecha, y con suerte para Ucrania, la Unión Europea desplegará tropas sobre el terreno para mantener esa paz.

La alternativa es seguir la guerra, sin el apoyo norteamericano, o escalar a lo grande. Lo primero es ilusorio. Lo segundo, además de suicida, también es ilusorio.

De aquí al 20 de Abril, siguiendo en esa hipótesis, aún pueden pasar muchas cosas, pero serán todas malas. Gente muriendo en el frente. Bombas y drones cayendo del cielo. Destrucción y barbarie. Para nada.

Seguramente seguirá habiendo maestros de ética y vendedores de catecismos repitiendo que la culpa es de Rusia, y tendrán razón. Porque yo también creo que la culpa es de Rusia, pero no hago ética ni filosofía con sangre ajena, no creo en Disney y no veo qué relación puede haber entre tener razón y ganar una guerra. No consigo ver eso. Esas cosas pasaban con Mortadelo y Filemón, cuando el que recibía un porrazo perseguía al otro con un garrote en mano. Pero en la realidad, la razón no dispara, ni aprovisiona, ni cava trincheras.

Así que lo importante es la paz. Si es justa o no, lo decidirán luego los vivos. Entiendo que la guerra continúe mientras ambos bandos tienen esperanzas fundadas de victoria. Pero llegados a un punto, ya da igual. Los paraguayos hicieron bien en rendirse. Los japoneses hicieron bien en rendirse. Los republicanos hicieron bien en rendirse. Y los alemanes lo hicieron bien, dos veces seguidas, en 27 años.

Sea coko sea, y sea cual sea, a estas alturas, celebraré la paz. Me guste o no.