Ayer lunes tuve una llamada de un número desconocido. Un número con prefijo de Madrid, yo no soy de Madrid, así que me esperé lo peor. Una vez colgaron, fui a ver si dicho número de teléfono estaba en el listado de teléfonos de Spam, y Bingo! era un número considerado spam.
Lo curioso, es que era un número nuevo. El número no estaba fichado por el dialer del teléfono, y en la página web de listados numéricos de spam, las quejas tenían unas pocas horas. De hecho, todas las quejas eran de ese mismo lunes.
En efecto, habían cogido un número nuevo, Un número sin vinculaciones a la anterior normativa. Un número que no pudiera ser sospechoso de continuar con la táctica de buscar clientes a quien intentar vender un producto.
La nueva normativa establece que las llamadas comerciales no pueden ser a través de un número de móvil, pero sí a través de o bien tarificación especial (números 800 ó 900) o bien fijos.
La idea de poder utilizar números fijos está pensada -presupongo- en que no toda empresa puede contratar un número de tarificación especial. Estos número están pensados para las grandes empresas, con gran volumen de negocio en que suelen tener un departamento propio para buscar nuevos clientes, o contratar empresas externas para buscar esos nuevos clientes.
No es lo mismo que te llegue una llamada desconocida de una provincia a la que no tienes vinculación, a que te llegue un número con un prefijo familiar, y no hablo únicamente al prefijo provincial, sino a los 2 ó 3 dígitos siguientes que coinciden con los de tu localidad, en el que sabes que posiblemente tengas alguna vinculación con el remitente.
Y es aquí dónde llega la trampa, Estas grandes empresas intentan captar clientes escondiéndose bajo llamadas de fijo, escudándose en un apartado de una normativa pensada para pymes que buscan clientes en su radio de acción, cuando en realidad les correspondería hacer llamadas con tarificación 800 ó 900 como empresas generalistas que son.