Soneto al suelo

Suelo, tú que llevas al caminante

y a ley de la gravedad desafías,

¿a tantos escritores aburrías

que por no ser flor no eras importante?

 

Los ojos buscan al cielo brillante

y para ti tienen graves miopías,

dime tú, humano ser, ¿cómo andarías

si no fuese por algo que te aguante?

 

Nos llenas la vida de tus vaivenes

en los caminos a los que uno aspira,

y nos cobijas al llegar nuestra hora.

 

Tanta presencia en la existencia tienes

que eres como el aire que se respira,

que, de tanto uso, no se le valora.