"La comedia que no va de nada", así vendió Larry David la serie Seinfeld a los ejecutivos de la NBC, que tras muchas dudas y análisis de audiencia del episodio piloto, decidieron apostar por ella.
En la cuarta temporada del programa, varios episodios giraron en torno a la narrativa de Jerry y George (cuyo personaje es el alter ego del cocreador Larry David) lanzando 'un espectáculo sobre nada' basado en la vida cotidiana de un comediante de la NBC. Es decir, en el colmo de lo autoreferencial y también, en la firme defensa de la "comedia de la nada", Seinfeld y David escribieron varios capítulos que iban sobre cómo intentaron vender la propia serie. Pensemos en ello porque no solo es brillante, también es algo que nadie había hecho jamás.
La reacción inicial de los ejecutivos reales de la NBC fue trasladada a la ficción, en todos los sentidos, aunque Larry David escribió un sucedáneo de la conversación que tuvo con el presidente de la NBC, porque la que tuvo en realidad, era "demasiado metafísica" como para incluirla en el show. Afortunadamente, se la contó décadas después a Ricky Gervais tal y como ocurrió:
-¿Sobre que va la serie?
-Lo realmente especial de esta serie es que no va de nada.
-En 30 años de carrera nadie me ha presentado un producto así. La gente quiere una serie que "vaya de algo". ¿Se ríen ustedes de mí? ¿A qué se refieren con "nada"?
-A ir al baño en un cine y luego no encontrar a tus amigos, a dejar de ir a un dentista porque pone música terrible en su hilo musical, a que alguien se enfade porque no cantas cumpleaños mientras todo el mundo lo hace...eso...naderías...la serie va sobre nada.
-La gente quiere "algo", la gente quiere llenar sus vidas.
-Yo lo diría de otro modo: la vida de la mayoría de las personas suele estar muy vacía. Para llenarlas ya están ellas.
-Me toma usted por tonto, creo...
-Yo creo que es usted el que toma por tontos a sus espectadores.
Seinfeld cambió para siempre el paradigma de la telecomedia y rompió todos los récords de audiencia en Estados Unidos.
"La tela de araña deja pasar la inmensa mayor parte de las cosas, no atrapa casi nada. Quiero convertir al espectador en esa tela de araña para que sea él quién decida qué debe atraparse. La personalidad de los personajes acaba esculpida por el espectador, lo que no importa, se cuela entre los huecos de la tela, lo que importa, queda atrapado. Pero esa aparente viento que se cuela entre los huecos, esa "nada", es esencial porque lo que para unos no tiene importancia, para otros puede ser capital. Por eso, The Wire solo quiere sugerir, exponer al espectador a un vacío que él debe llenar. (...) Crear un camino es aburrido y cualquiera puede hacerlo. Pero crear un modo de transporte que puede ser usado con libertad...eso es un reto. Así que sí, The Wire parece no contar nada, pero creo que al acabar la temporada poca gente piensa así" dice David Simon, uno de los guionistas más respetados de la televisión sobre la que es considerada por muchos como la mejor serie de la historia.
Algo similar pasa con los relatos de Raymond Carver, que el escritor Manuel de Lorenzo describe a la perfección: "Carver es la voz de las tragedias mundanas. De las pequeñas desgracias privadas e invisibles que ocurren en cualquier casa, al otro lado de una puerta cerrada. Escribía sobre la gente común. Sobre su cotidianidad. Sobre sus dramas silenciosos perdidos en un océano de dramas silenciosos. En sus relatos no se plantean interrogantes. No hay juicio ni condena. " Y es así, enfrentarse a Carver es atreverse a zambullirse en un vacío que, en realidad lo contiene todo. Durante el proceso del lectura, nada parece alterarse, cuando terminas el relato algo ha cambiado en ti, a veces, para siempre.
"Escribir a partir del vacío es crear. Lo demás tan solo es copiar, que es lo que yo hago", decía Woody Allen explicando por qué envidiaba a Bergman.
Qué sencillo es llenar el mundo de pretendida belleza para creer que merece la pena. Qué complejo es llenarlo de sentido entendiendo que no lo tiene, atreviéndose a retar a la nada a convertirla en todo.