La ruptura de la sociedad en la que todos perdemos

Hoy en día, malgastamos mucho tiempo defendiendo unas ideas, que realmente no aportan nada, sino que van en contra de otros, nos hemos convertido en censores de los demás, influenciados por noticias, en su mayor parte falsas o sesgadas. Hemos creado nichos de pensamiento, donde nos sentimos cómodos ya que encontramos otras personas que comparten nuestros prejuicios.

Y no hay distinción ideológica, de credo o sexo, estos nichos abarcan todos los espectros de la sociedad, aislándonos a pesar de exponer nuestros pensamientos a la vista de todos.

La ruptura de la sociedad después de lo que sucedió ayer irá a más, se han despertado todos los fantasmas del pasado, esos fantasmas que hacían que mirases mal a tu vecino, a tu familiar o a tu hermano por tener pensamientos distintos a los tuyos.

La democracia no es votar, la democracia es gobernar para todos, para los que te apoyan y los que no, respetando hasta donde se puede las libertades individuales, en política no puede haber enemigos, sino adversarios.

Lo que es legal no pueden dirimirlo los políticos sino los jueces, las represalias no las debe pagar el pueblo sino sus responsables.

Soy pesimista, cuando estuve en Serbia, Montenegro y Croacia vi las huellas del odio nacionalista, personas que sus únicas diferencias eran sentimentales y religiosas, se habían matado por nada, bueno por ser más pobres, pequeños y solos.