El texto entero es de una publicacion liberal de www.facebook.com/sakmela/posts/2253951811536212?__tn__=K-R , si bien habla sobre Uruguay bien podria servir para toda la izquierda en general
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Una de las principales quejas de la progresía uruguaya, sobre todo a nivel militante, es que a la oposición le preocupa más lo que sucede en Venezuela, de lo que sucede en Uruguay. Bueno, es que efectivamente es más importante, y no solo por empatía con su pueblo, sino por nuestro propio futuro, como uruguayos libres.
¿No creen que es peligroso estar gobernados por políticos que no diferencian la democracia y los derechos individuales, de un régimen asesino, ladrón y totalitario? A mi me parece importante, si. En el transcurso de estas décadas no fueron capaces de ver como poco a poco los individuos fueron perdiendo poder frente al estado, y ahora el estado los está matando en las calles.
¿Cómo pensaban que iba a terminar la obra, si la primera escena era un militar gritando “exprópiese” rodeado de aplaudidores? El socialismo (estatismo) primero te engaña, y camufla con “redistribución y solidaridad” todo atentado contra la propiedad privada, y luego que entregaste lo que “vos tenés”, poco te queda para defender lo que “vos sos”. Cuanto más poder le das al poder, más duro te vendrán a... someter.
Cuatro hechos “no ideológicos” que los uruguayos de izquierda parece que no vieron: 1. En las últimas elecciones parlamentarias “más o menos” libres de Venezuela (2015), la oposición ganó las 3/4 partes de las bancas en el parlamento. El chavismo emprendió un proceso ”judicial” para ilegitimar a 3 parlamentarios, los justos y necesarios para sacarles la mayoría calificada, que permitía hacer las reformas necesarias para el país, constitucionalmente.
2. Dos semanas antes de perder la mayoría simple en el parlamento (como consecuencia de las elecciones), el chavismo destituyó al Tribunal Supremo existente y nombró mediante procesos no ajustados a derecho, un tribunal (33 jueces) “a medida” de sus intereses (dic. 2015). Se comieron en dos panes el poder judicial. Estos fueron usados para quitarles los tres legisladores a la oposición, que mencionamos antes.
3. En el 2016 se juntaron firmas de acuerdo a la constitución, para llamar a un referéndum revocatorio contra Maduro. Se necesitaban 200.000 firmas, se obtuvieron 1.300.000. El Consejo Nacional Electoral, controlado por el chavismo, nunca llamó al referéndum.
4. En el 2017, vía decreto presidencial y sin consulta popular como establecía la constitución, se nombra una Asamblea Constituyente “plenipotenciaria” y controlada por el chavismo, con el único objetivo de desplazar al parlamento legítimamente constituido. Listo, se comieron en dos panes al poder legislativo, que ya no controlaban. Esta asamblea fue conformada, entre otros, por “organizaciones sociales”, que como en nuestro país, están carcomidas por la izquierda radical.
Como verán, no hay peor ciego que el que no quiere ver. A este gobierno claramente dictatorial, “cívico militar” como lo llama orgullosamente Maduro, es a quien la izquierda, el Frente Amplio y nuestro presidente, reconoce, y del cual es cómplice. ¿Con estos sátrapas quieren negociar? De seguro una “conferencia internacional”, como quiere organizar Tabare, será la clave de una salida (? Quien más desea una negociación es Maduro, para demorar, dilatar y desvanecer las protestas, como ya lo ha hecho.
El gobierno venezolano está robando todo, nuevamente la izquierda generó una casta de poder, cuyos familiares deambulan con lujos y millones por el mundo, que obviamente no pueden justificar con los ahorros de un conductor de ómnibus, o con el sueldo de un militar del ejército venezolano.
Ellos llegaron apoyados por la izquierda uruguaya, fueron aplaudidos por la izquierda uruguaya, nuestra izquierda tomó del régimen los “regalos” y “favores” que éste les ofreció. Hicieron negocios, se enriquecieron con éste. Pero esto no es lo peor, lo peor es que crearon una generación de jóvenes que no entienden los límites del Estado, que creen el cuento de la lucha de clases, y que siguen alzando los puños al cielo, sintiéndose que están del lado correcto de la historia.
Pero no, no es así. Por eso nosotros, quienes pensamos como pensamos, y creemos en lo que creemos, tenemos que hacer lo que hacemos: denunciar a los tiranos, abrirle los ojos a los honestos, y señalar a los cómplices y sus estructuras de poder. Porque solo así podemos aseguramos que no estaremos los uruguayos, sometidos por los iluminados de turno, en algún momento de nuestro futuro.