"Ignores" y bloqueos en redes sociales: el anti-reflejo de la sociedad

Mucho se está hablando estos días sobre la función del ignore de Menéame, esa feature que antes impedía que la persona a quien tuvieras ignorada pudiese referenciarte en sus comentarios, ya fuese por nombre de usuario o número del comentario, y que ahora impide a la persona ignorada leer tus comentarios (siempre que haya iniciado sesión como usuario) pero permite seguir viendo que has hecho un comentario.

La problemática de los ignores y bloqueos no es exclusiva de Menéame. Todas las redes sociales y foros cuentan con una función que impide, hasta cierto punto, que una persona pueda interactuar con otra que no desea esa interacción. Y en ningún sitio parecen los usuarios estar contentos con esa función, por unos motivos u otros.

El motivo de éllo es que en "la vida real" no existe una única herramienta o método para ignorar a una persona o impedir que sus mensajes o frases nos lleguen. Por éso, el error que cometen practicamente todas las redes sociales no es de aplicación, sino de concepto.

En el día a día, hay cuatro motivos principales por los que una persona decide ignorar a otra:

  1. Desinterés por su discurso o hechos, bien porque carezcan de sentido o finalidad útil para nosotros, bien por repetitividad de los mismos, o bien porque puedan resultar ofensivos o engañosos, tanto para nosotros mismos como para terceros. Por ejemplo: tertulianos de prensa rosa.
  2. Incomodidad con su discurso o hechos, ya sea por poner de manifiesto cosas que no queremos leer, ver u oir, sobre algunas temáticas, otras personas o nosotros mismos, y con independencia de que esas cosas sean ciertas o no. Por ejemplo: activistas contra el cambio climático.
  3. Reiteración de sus mensajes de forma directa a nosotros mismos, ya sea por motivos publicitarios (spam o autobombo), con finalidades ofensivas, denigrantes o de provocación (acoso) o por simple interés personal (falta de empatía, acoso sexual). Por ejemplo: personas que por algún motivo intentan irritarnos y cabrearnos.
  4. Castigo hacia el otro sujeto, como forma de menoscabar su creencia y su relevancia, basándonos en la importancia que creemos que tenemos para la otra persona. Por ejemplo: lo que hace tu novio/a contigo cuando has metido bien la pata en algo sin darte cuenta.

En "la vida real", ejercer la capacidad de ignorar a alguien depende de varios factores:

  • El más habitual, el más natural y que menos complicaciones trae pero a la vez más esfuerzo requiere es el aislamiento intelectual o, como lo llaman algunos, "ignore mental". Consiste en enseñar al cerebro a descartar cualquier estímulo que pueda desencadenar una respuesta sensorial siempre que venga de esa persona, discurso o hechos que queramos ignorar.
  • El menos habitual es el "ignore físico", pero tiene una gran falla: depende de las estructuras de poder entre las personas sobre el medio que cohabitan. O dicho de otra forma, es un ignore sencillo cuya eficacia depende del poder y grado de control que esa persona tenga en el medio.

Este "ignore físico" lo podemos ver en multitud de ocasiones: cuando una empresa despide a un trabajador por resultarle incómodo, cuando un local se reserva el derecho de admisión por ciertos motivos (unas veces por etiqueta, otras por mera discriminación), cuando el presidente de la comunidad de vecinos programa una reunión justo cuando X vecino no puede acudir, e incluso los niños, cuando impiden que otro pertenezca a su pandilla y le echan a empujones de donde estén porque por algún motivo no le aguantan.

Pero en todos los tipos y casos de "ignores" mencionados, hay una cosa en común: no coarta ni impide la libertad de opinión, expresión y acción de la otra persona.

Puede que ignore al tertuliano de salsa rosa, pero no le impide seguir con su programa para aquellos a los que sí le interesan; puede que no quiera oir al activista del cambio climático, pero no le impide manifestarse; puede que bloquee al que me hace spam o me insulta, pero no le impide hacérselo a otro; puede que mi mujer me ignore, pero no me impide quedar con un amigo y contarle mis penas; puede que me hayan echado de la empresa por decir que tardan en pagar, pero no me impide entrar en denunciarles; puede que no me dejen entrar en un pub por ser calvo, pero no me impide entrar en redes y ponerlos a parir.

Y aquí es donde extrapolamos el ignore "de la vida" real a las redes sociales. El ignore y los bloqueos en Internet están viciados porque añaden a cualquier tipo de "ignore" la capa de poder al tratarse, en cualquier caso, de un ignore físico. Es decir, que se otorga muchas veces al usuario la capacidad de actuación sin tener poder jerárquico real sobre la plataforma, pero que además suele afectar al funcionamiento de la misma cuando la misma es de uso común entre varios actores.

El segundo gran problema de los ignores de redes sociales es de interpretación por parte de quien lo ejecuta. Muchas veces se quiere usar el ignore como modo de silenciamiento, de impedir la libertad de opinión y expresión de la otra persona. La libertad de expresión también incluye la libertad de difamar, desinformar y hasta cierto punto molestar, pero el ignore no es la herramienta para evitarlo. En "la vida real", tú puedes evitar que alguien te insulte directamente, pero no puedes evitar que esa persona te vaya poniendo a parir a tus espaldas cuando hable con otros.

El tercer problema, no menos importante y dependiente del anterior, es el propio aura de credibilidad y poder que le hemos dado a esas redes sociales. Sumado al anonimato, es ridículo el nivel de relevancia que se dan a ciertas opiniones y hechos, básicamente porque es un altavoz irreal, tanto para el que difama e insulta, como para los que se escudan en ese anonimato y espolean esas difamaciones e insultos viendo que no tendrán consecuencias sobre ellos.

Y el cuarto problema, muy a tener en cuenta, es que la mayoría de redes sociales están diseñadas para generar engagement, y buena parte de esas visitas, de esos usuarios asíduos, se generan fomentando la discordia y el enfrentamiento. Y parte de esa discordia y enfrentamiento se consigue diseñando herramientas de ignore y bloqueo ineficaces (bien por ausencia, bien por exceso) que provoquen irritación entre quienes las usan y quienes las padecen, entre éllos mismos y contra la propia plataforma.

Por lo tanto, en base a todo lo dicho anteriormente, para que una herramienta de ignorar y bloquear online tenga utilidad, debe basarse en los siguientes principios:

  1. Ser lo más similar a la "vida real" posibles, especialmente en redes de carácter democrático donde se presume que todos los usuarios son iguales.
  2. Conllevar responsabilidad para quien ignora como para el que es ignorado. Si hay varias personas y dos discuten, y uno de los que discuten decide irse, el que se queda no puede pasarse el resto de la fiesta comentando lo malo que es el que se ha ido. Como grupo, hay que saber pararle. Igualmente, tú no puedes mandar a quien quieres ignorar "a tomar por culo", que él deje de molestarte, y a los treinta segundos volver a dirigirte a él para reprocharle algo o molestarle tú a él. Es decir, que la herramienta de ignorar debería contemplar una temporalidad mínima de la duración de ese ignore.
  3. No impedir el diálogo entre terceros. Imaginemos que estamos en un debate, y una de las personas decide ignorar a otro. Pero el otro quiere seguir debatiendo con otra persona una idea que ha dicho el que está ignorando . Coge el micro, y cada vez que dice el nombre del que ignora o argumenta su idea suena un pitido que impide al otro receptor saber de qué o de quién está hablando. Las herramientas para ignorar no pueden romper el flujo de la conversación o perder la referencia de lo que se habla.
  4. El ignore debe seguir un patrón de etiqueta. Si en la "vida real" discutes con una persona, ésta te dice algo, y cuando tú le vas a responder se tapa los oídos y se pone a gritar, esperando a que acabes para gritarte a ti, no es una persona que tenga ni la actitud ni la aptitud para usar una herramienta de ignore y por tanto debe serle suprimida o debe ser excluído de la conversación. Las redes sociales deberían penalizar a las personas que hacen mal uso de la herramienta del ignore, igual que penalizan el mal uso de otras herramientas.
  5. El ignore y los bloqueos no deben ser usados nunca como arma que afecte a más personas de las que están involucradas. Vale que tu pareja no te hable durante unas horas, pero no puede impedir que trates de desahogarte con tu hermano o con tu amiga... aunque no les importe un carajo. Hay que ser consciente de la estructura de poder y tener respeto a las personas de tu alrededor. Si estás en casa solo, viendo la tele, y aparece un programa de prensa amarilla, puedes coger el mando y apagarla; si hay más gente viendo la tele y les interesa, agarra un libro, ponte unos auriculares o vete a otra habitación. No pretendas apropiarte del mando para cambiar de canal o desenchufar el televisor.
  6. Fomentar el uso del "ignore mental". Como se suele decir, uno no ofende si el otro no quiere. Hay que educar en cómo, cuándo y cuánto de importante es algo, y pensar que lo que es ofensivo para nosotros no es que quizá no sólo no sea ofensivo para otra persona, sino que a lo mejor ni se ha dado cuenta porque ha aplicado su propio "ignore mental".

Hay que tener en cuenta que, con la presunta importancia que han adquirido las redes sociales hoy por hoy, se está dando un fenómeno inverso: que se están extrapolando las condiciones de los ignores y los bloqueos a la "vida real": los denominados espacios seguros, la mayor tolerancia a comportamientos discriminatorios, y el descenso notable de los debates y las conversaciones constructivas, llevando a cada vez una mayor polarización y aislamiento ideológico, a la vez que disminuye la tolerancia a las opiniones opuestas a la nuestra. Cualquier red social que se precie de ser útil y otorgar un servicio valioso a la sociedad debería tener en cuenta los puntos anteriores. Si no lo hace, la red social tiene la misma importancia que la burla de un melenudo contra un calvo y, por tanto, también merece un buen "ignore mental".